El Aprendizaje del Tiempo Histórico en la Infancia: Nuevas Perspectivas
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El Aprendizaje del Tiempo en la Infancia
Según las teorías clásicas, la concepción del tiempo en el niño es inicialmente confusa y desorganizada. No distingue con claridad el orden temporal, las relatividades de las posiciones ni las duraciones. A través de su aprendizaje, el niño parte de esta confusión inicial para construir gradualmente la idea de tiempo en contacto con la experiencia de cambios concretos.
Según estas teorías, el aprendizaje del tiempo consiste en proporcionar al niño actividades que le permitan, progresivamente:
- Tomar conciencia de su tiempo personal (los ritmos: frecuencia y regularidad)
- Construir la orientación temporal (sucesión: categorías de presente, pasado y futuro)
- Edificar la posición (simultaneidad y duración)
Más Allá de Piaget
En la década de 1980, el italiano Antonio Calvani sugirió que es posible algún tipo de comprensión temporal en niños incluso en fases preoperativas (tres a seis años), y que la historia como tal se puede enseñar y comprender a partir de los cinco años, incluso antes. Para Calvani, los problemas de aprendizaje no derivan tanto de las incapacidades de los niños como de los contenidos escogidos y de su tratamiento didáctico.
Calvani señala que, según las investigaciones piagetanas, la comprensión temporal de una narración no se adquiere hasta pasados los ocho años. Antes de esta edad, los niños manifiestan una clara incapacidad “natural” para colocar los acontecimientos de un relato en orden.
En 1985, Antonio Calvani afirmó que los niños de 3 a 6 años tienen capacidad para la comprensión temporal. Son capaces de seguir un relato temporal siempre y cuando tenga una estructura lógica y de entender el concepto de duración y del orden en el tiempo.
Según Calvani, el niño es capaz de entender el concepto de tiempo lejano, de antes de sus abuelos, lo que permite abordar la Prehistoria y las grandes civilizaciones antiguas. Los niños tienen una concepción previa del tiempo, a la que hay que ir dotando de contenido, facilitado por su interés y fascinación al descubrir nuevas cosas.
Según Calvani, por lo tanto, la historia ya se podría enseñar y ser comprendida durante la etapa de educación infantil. El problema, según él, no es la capacidad del alumno, sino el lenguaje utilizado y la forma de presentar el tiempo por parte de los historiadores, es decir, la didáctica y los contenidos.
El Papel de la Abstracción y la Imaginación
Por su parte, Kieran Egan en 1991, no comparte esta idea de avanzar desde el entorno cercano y concreto del niño hacia lo abstracto, lo que hace depender la enseñanza de la historia y del tiempo únicamente de los conocimientos previos del alumno y de sus capacidades cognitivas. Egan considera que hay que recurrir a la capacidad de abstracción y, sobre todo, a la capacidad creativa que el niño tiene, a su imaginación, con la que crean universos e imágenes mentales que no han vivido ni experimentado. Esto supone afirmar que el camino del aprendizaje no es sólo desde lo concreto a lo abstracto, sino también desde lo abstracto a lo concreto.
Según Egan, no sería necesario partir de la experiencia vivida, por lo que la enseñanza de la historia se puede abordar sin problemas. Expone que el lenguaje es un conocimiento muy abstracto que el niño adquiere aparentemente sin dificultad, mientras que otros elementos más simples les cuestan más adquirirlos. Postula que el niño posee conceptos temporales gracias a los cuentos, narraciones y leyendas y que gracias a la imaginación es capaz de abstraerse del espacio y tiempo actual para situarse en el tiempo y espacio histórico que recrean.
Múltiples Perspectivas y Versiones
Más recientemente, H. Cooper ha ido más allá y considera que los niños de 2 años pueden descubrir que una misma historia puede tener varias versiones, dependiendo de quién la cuente, o que pueda ser diferente, y los niños son capaces de descubrir las semejanzas y las diferencias, lo que les adentra en el descubrimiento de la existencia de diferentes puntos de vista sobre un mismo acontecimiento.