Apuntes tormento
Clasificado en Lengua y literatura
Escrito el en español con un tamaño de 3,57 KB
“Ya no me llamo Tormento, ya recobro mi nombre -decía para sí, andando muy aprisa-. No volveré más aunque se hunda el mundo. Procuraré no volver a ser débil; si, débil, porque esa es mi culpa mayor: ser buena y tener mucho miedo... Esto se acabó. Suceda lo que quiera, no le veré más... Pero si se irrita y me escribe cartas, y me persigue y descubre... ¡Señor, Señor, déjalo ir a esa isla de los antípodas, o llévame a mi de este mundo!”
Se trata de un fragmento de la obra que podemos encontrar en el último párrafo del capítulo dieciséis. Amparo acaba de salir de casa de Pedro Polo, con el cual tuvo un romance, ella va a casarse, pero como eso se sepa será imposible que lo haga, pero tiene la esperanza de que Polo se vaya a alguna lejana isla en las Filipinas.
El tema principal es la promesa que Amparo se hace a sí misma de dejar eso atrás y de, a partir de entonces, volver a empezar siendo alguien más fuerte, su único miedo es que se descubra aquella historia.
Amparo, en este monólogo interior, tiene una actitud firme y decidida, pero a la vez triste, por lo que pasó, y asustada, por lo pueda pasar, además el uso abusivo de puntos suspensivos significa que las frases no están acabadas y por lo tanto, que continúan dando vueltas en su cabeza. En la última frase el monólogo se convierte en un diálogo con Dios, al cual le hace un ruego, es en esta parte donde se percibe su tremenda desesperación.
Podemos dividir el párrafo en dos partes sin atender a la intervención del narrador, ya que esa intervención se da por hecho que es una parte totalmente independiente que solo sirve para ayudarnos a comprender la situación dándonos datos descriptivos de la actitud de Amparo. Estas dos partes son: el monólogo como tal, en el que habla consigo misma y parece determinada y segura, pero que poco a poco cambia de actitud al vislumbrar la posibilidad de que todo se descubra. La segunda parte comienza con esas exclamaciones, aquí comienza el diálogo con Dios, donde muestra sus miedos y su desesperación y pierde por completo la calma que había mostrado antes.
Se trata de un texto dialogado con la intervención de un narrador en tercera persona que introduce una pequeña parte descriptiva. El tiempo se iguala al tiempo real y sobre el espacio tenemos una pequeña idea, podemos imaginar que está en la calle, ya que, al ir caminando nos da a entender que es un espacio abierto y los únicos espacios abiertos de la novela son las calles de Madrid.
Como recursos estilísticos destacar el apóstrofe dirigido a Dios, que da fuerza al párrafo. La utilización de los puntos suspensivos le da una apariencia desmembrada y poco organizada con demasiadas ideas a medias, para apoyar esta sensación aparecen también repetición de conjunciones, frases que comienzan por una misma palabra...
Es un párrafo especialmente significativo en la novela, en el cual se marca la frontera entre Tormento y Amparo, entre el antes y el después. Además la pasión con la que está escrito lo carga sentimentalmente.