Argentina 1955-1976: Proscripción, Conflictos y Resistencia Peronista

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Argentina (1955-1976): Un Periodo de Profundas Transformaciones

El periodo comprendido entre 1955 y 1976 fue un proceso de intensos cambios y conflictos en la historia argentina. Marcado por la caída de Juan Domingo Perón y la posterior proscripción del peronismo, esta etapa vio una constante intervención militar en la política, intentos de desarrollo económico y una creciente espiral de violencia política.

Hitos Clave del Periodo

  • 1955: Revolución Libertadora (derrocamiento de Perón).
  • 1958: Elecciones presidenciales, asume Arturo Frondizi.
  • 1962: Golpe militar, asume José María Guido.

Características Generales del Periodo

Tras la crisis económica de 1952, Argentina entró en una fase de profundos conflictos sociales y políticos, cuyas características principales fueron:

  • Profundización de los conflictos sociales: Aumento de las tensiones entre diferentes sectores de la sociedad.
  • Intervención militar en la política: Los militares dejaron su rol de custodios para convertirse en actores políticos recurrentes, protagonizando reiterados golpes de Estado.
  • Prohibición y proscripción del peronismo: El movimiento peronista fue ilegalizado, impidiendo su participación en elecciones y actividades sindicales hasta 1973.
  • Auge de ideas desarrollistas: Tras la salida de Perón, Argentina se incorporó al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial. El desarrollismo proponía la búsqueda de inversiones extranjeras y préstamos para impulsar la industrialización.
  • Intentos de profundizar el desarrollo industrial: Búsqueda de un modelo económico que consolidara la industria nacional.
  • Lucha política fuera de los ámbitos tradicionales: Surgimiento de militancia armada y acciones violentas, generando una espiral de violencia.
  • Gobiernos civiles débiles: Los gobiernos democráticos carecían de la capacidad de imponer su poder y eran constantemente amenazados por la intervención militar.
  • Visión del peronismo: Amplios sectores de poder consideraban al peronismo como un gobierno totalitario.

La Revolución Libertadora (1955)

La "Revolución Libertadora" fue el golpe de Estado que derrocó a Juan Domingo Perón en septiembre de 1955. Su objetivo principal era la "desperonización" del país, ya que consideraban al peronismo una dictadura totalitaria.

Plan de Gobierno y Desafíos

El nuevo gobierno enfrentó varios desafíos y estableció un plan con los siguientes puntos:

  • Los sectores mayoritarios de la población no estaban dispuestos a perder las conquistas sociales y laborales obtenidas durante el peronismo.
  • Necesidad de profundizar la industrialización como base de una nueva etapa de desarrollo, buscando conciliar los intereses de la burguesía agraria e industrial.
  • Urgencia de atraer inversiones extranjeras.
  • Control de las reivindicaciones obreras.
  • Prohibición de partidos políticos y sindicatos vinculados al peronismo.
  • Proscripción del peronismo, que no sería legal hasta 1973.

Ejes de Discusión y Contexto Internacional

Todo este proceso se desarrolló en el contexto de la Guerra Fría, lo que obligaba al Estado argentino a tomar una posición, decidiendo entre alinearse con el bloque de Estados Unidos o con la Unión Soviética.

La Transición Lonardi-Aramburu

Tras el golpe, el General Eduardo Lonardi asumió el poder con la consigna "Ni vencedores ni vencidos". Lonardi se negó a intervenir la CGT y buscaba establecer acuerdos con el peronismo. Era más tolerante que su sucesor, Pedro Eugenio Aramburu, y su estrategia era intentar romper la lealtad entre los obreros y Perón, buscando un vínculo directo con los trabajadores, pero sin la figura del líder exiliado. Sin embargo, otros sectores golpistas no estaban de acuerdo con esta postura negociadora y lo desplazaron del poder, buscando un "peronismo sin Perón".

El historiador Tulio Halperín Donghi señaló que, para los trabajadores, sus "voces, votos y derechos" eran conquistas irrenunciables.

De Lonardi a Aramburu: La División Golpista

La unidad golpista se quebró rápidamente. El Vicealmirante Isaac Rojas, vicepresidente de Lonardi, representaba al sector que no quería acordar con el peronismo y buscaba erradicarlo completamente de la sociedad. A los dos meses del golpe, el General Pedro Eugenio Aramburu, representante de este grupo radicalizado, tomó el poder, desplazando a Lonardi.

Objetivos del Gobierno de Aramburu

El gobierno de Aramburu se propuso desintegrar el partido peronista, argumentando que Perón "adoctrinaba a la gente y les daba identidad". Esto dio inicio a una persecución extrema. Sus objetivos principales fueron:

  • Administrar el país hasta que las condiciones para elecciones libres estuvieran garantizadas.
  • Liberalizar completamente la economía.

Políticas Económicas de Aramburu

  • Eliminación de la intervención estatal: Se suspendieron los controles de cambio.
  • Devaluación de la moneda: Esta medida buscaba favorecer a la burguesía agraria exportadora, ya que al devaluarse la moneda local, sus ganancias en divisa extranjera se convertían en una mayor cantidad de moneda nacional.
  • Incorporación al FMI: Argentina se unió al Fondo Monetario Internacional, marcando el fin del Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI).
  • Consecuencias: Estas políticas llevaron a una inflación descontrolada y saldos deficitarios.

Resistencia y Represión

El objetivo principal del gobierno de Aramburu era desintegrar el partido peronista, para lo cual implementó diversas medidas represivas:

  • Inhabilitación de dirigentes políticos peronistas.
  • Creación de "listas negras" para perseguir a opositores.
  • Suspensión de convenios colectivos de trabajo (paritarias).

La Resistencia Peronista

En respuesta a la proscripción y represión, surgieron los Comandos de Resistencia Peronista, que llevaron a cabo acciones de sabotaje y utilizaron "caños" (armas caseras) como forma de lucha.

El 9 de junio de 1956, se produjo una rebelión peronista cívico-militar, que fue brutalmente reprimida.

John William Cooke: El Delegado de Perón

Desde su exilio en Madrid, Juan Domingo Perón designó a John William Cooke como su delegado personal en Argentina. Cooke, una figura clave de la resistencia, sostenía que el peronismo debía transformarse en un movimiento revolucionario con estrategias insurreccionales.

Fue un crítico de la burocracia sindical (los viejos líderes sindicales) y propuso la organización de comandos de resistencia. En 1960, visitó Cuba, lo que influyó en su visión de la estrategia política, acercándolo a ideas de izquierda y a la lucha armada como medio para el retorno de Perón.

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