Argumentos de Tomás de Aquino sobre la Existencia de Dios

La demostración de la existencia de Dios

Tomás de Aquino llamó vías a los argumentos racionales que prueban la existencia de Dios. Todas estas vías siguen un proceso argumentativo que se puede apreciar en cuatro momentos:

1. Un hecho universal que es claramente conocido por la experiencia sensible.
2. La aplicación del principio de causalidad a este hecho de experiencia que es causado o producido por una causa.
3. La imposibilidad de las causas; es necesario llegar a una causa superior, no causada y no subordinada.
4. La existencia de la causa primera, sobre la forma de un atributo que responde a Dios y le conviene solo a Él.

Vías

Primera vía: por el movimiento

Vemos cosas que se mueven. Eso que se mueve es necesario que sea movido por otro. Los seres que se mueven y que son movidos no pueden proceder al infinito, ya que no tendría sentido. Es necesaria la existencia de un primer motor que mueve a todos los otros y que se llama Dios.

Segunda vía: causa eficiente

Vemos seres que son efectos causados por otros. Los seres que son causa y efecto no pueden llegar al infinito. Tenemos que llegar a una primera causa que no sea efecto de otra, o sea, una causa no causada, y esta se llama Dios.

Tercera vía: por la contingencia

Vemos seres que nacen y mueren, es decir, seres que pueden ser y no ser. Pero si todos los seres pueden ser y no ser, alguna vez no existieron. Uno sería por otro y así sucesivamente sin acabar nunca. Tiene que haber algún ser necesario. Este ser necesario puede ser necesario para otro, pero no puede llegar al infinito. Tiene que haber un ser absolutamente necesario del cual dependa la existencia de otros, y este ser se llama Dios.

Cuarta vía: por grados de ser

Vemos cosas más o menos perfectas. Tienen percepciones limitadas y el hecho de tenerlas o no, no depende de ellos, sino de otro. Los seres que tienen las perfecciones no pueden llegar al infinito. Tiene que haber un ser infinitamente perfecto que sea causa de perfecciones, y se llama Dios.

Quinta vía: por la finalidad

Vemos seres que obran de acuerdo con un fin. Si obran, no se pueden deber a la casualidad. El que está manco de conocimiento no tiene un fin, sino que lo dirige a alguien que lo tenga. Tiene que existir un ser inteligente que ordene todas las cosas a su fin, y este se llama Dios.