Aristóteles: Contexto, Vida, Obra e Influencia Filosófica
Clasificado en Filosofía y ética
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Contextualización de Aristóteles
En el siglo IV a.C. tiene lugar el proceso de descomposición del modelo ciudad-estado griega, debido a las luchas de las principales ciudades (Atenas, Esparta y Tebas) y del imperio Macedónico.
En Macedonia debido a la relación del padre de Aristóteles con el rey de Macedonia (su médico), Aristóteles se encargaría de la educación de hijo Alejandro Magno. Por esto la vida de Aristóteles transcurrió entre estos dos mundos en constante conflicto: un hombre cercano al poder macedonio, y por otro lado como brillante intelectual, gustaba del ambiente culto y refinado de Atenas donde funda su escuela, el Liceo.
A la muerte de Alejandro Magno fue acusado por Atenas de impiedad, condenado al exilio, abandonó Atenas y se retiró a la isla de Eubea donde murió al año siguiente, 322 a.C.
Vida y Obra
A los diecisiete años se trasladó a Atenas para estudiar con Platón donde adquirió conciencia filosófica y tomó contacto con los problemas fundamentales de su pensamiento.
Podemos distinguir tres etapas:
- El primer periodo: años de aprendizaje (del 367 al 346 a.C.), Aristóteles permanece en la Academia de Platón y acepta su filosofía (la teoría de las Ideas y la inmortalidad del alma). Las obras fundamentales: Eudemo o Sobre el alma y Protréptico.
- La segunda etapa (347-335 a.C.) años de viaje (marcada por la muerte de Platón): se instala primero en Assos (Asia Menor) y luego en Mitilene, fundando varias academias. Asume la educación de Alejandro Magno hasta que este empieza a gobernar. Comienza a apartarse de las tesis platónicas (crítica a la teoría de las Ideas). Algunas obras son: Sobre la filosofía y Ética Eudemia.
- Por último, en su tercer período, "los años del Liceo" (335-322 a.C.): Aristóteles regresa a Atenas y funda su propia escuela filosófica, el Liceo. Los miembros de dicha escuela eran conocidos como "peripatéticos", por recibir las lecciones del maestro paseando por un peripatos (paseo cubierto). Destaca claramente la orientación empirista y científica, en contraposición a la filosofía de Platón.
Prácticamente la totalidad de las obras de Aristóteles conservadas pertenecen a este periodo y son, a diferencia de Platón, escritos esotéricos, es decir, transcripciones o apuntes de las lecciones que Aristóteles impartía a los estudiantes. La mayor parte de las obras conservadas fueron a parar a Roma con el nombre de Corpus aristotelicum. Clasificadas en cinco grupos: Lógica (Categorías, De interpretatione, Analíticos anteriores y posteriores), Ontología (Metafísica), obras científicas (Física, Sobre el cielo, Sobre el Alma), Ética y política (Ética Nicomáquea y Política), y Estética (Retórica, Poética).
Ética Nicomaquea es una obra en la que Aristóteles reflexiona acerca de la estructura del comportamiento humano. Se compone de diez libros en los que se analiza el bien, la felicidad y la virtud, así como la amistad. El objetivo general de la obra es examinar la felicidad, alcanzable a través de la virtud. En concreto, el fragmento perteneciente al libro VI, en el que examina las virtudes intelectuales, en concreto la ciencia, el arte y la prudencia.
Influencia de Platón
Aristóteles es considerado un precedente del empirismo, por oposición al idealismo platónico. Proclamó la importancia de la inducción basada en la experiencia, y fue el creador de la lógica.
La metafísica aristotélica se elabora como reacción a la teoría de las Ideas de Platón. Aristóteles considera que dicha teoría no resuelve el problema del cambio iniciado por los presocráticos, y tampoco cree que las Ideas se encuentren fuera de las cosas mismas.
Influencia posterior
Las doctrinas éticas de Aristóteles han ejercido un impacto fundamental en la historia de la filosofía, por lo que pueden distinguirse etapas: el aristotelismo antiguo (hasta el siglo III d.C.) y el aristotelismo medieval (distinguiéndose el aristotelismo árabe, con Avicena y Averroes, y el aristotelismo cristiano, con Alberto Magno y Tomás de Aquino). En el pensamiento católico contemporáneo encontramos autores que reivindican el pensamiento aristotélico-tomista, como Etienne Gilson o Jacques Maritain.
En los últimos tiempos, dentro de la teoría ética, ha surgido un neoaristotelismo en la figura de Alasdair Macintyre que recupera a Aristóteles como "terapia" comunitarista frente al individualismo moral imperante.