Aristóteles: Virtudes Dianoéticas, Ciencia y Ética Práctica
Clasificado en Filosofía y ética
Escrito el en español con un tamaño de 4,57 KB
Las Virtudes Dianoéticas y la Ciencia en Aristóteles
En este texto, Aristóteles, en primer lugar, enumera las virtudes dianoéticas; las distingue de otros estados de la mente, en concreto de la suposición y de la opinión.
A continuación, se centra en la virtud dianoética de la ciencia. Señala cuál es su objeto y algunas características de dicho objeto. En concreto, dice que el objeto de la ciencia son "las cosas que no pueden ser de otra manera" y que de las cosas que no son necesarias solo sabemos de su existencia por observación. Seguidamente, expone otras características de los objetos de la ciencia:
- Son eternos (ingénitos e indestructibles).
- Son enseñables y, por tanto, son objeto de aprendizaje.
Asimismo, habla de cómo procede toda ciencia: por inducción o por silogismo, partiendo siempre desde lo ya conocido. Dice que la inducción origina lo universal y que el silogismo toma como punto de partida lo universal. Aquí, sus argumentos son respaldados aludiendo a los Analíticos. A partir de estas últimas afirmaciones, concluye que conocer científicamente consiste en poder demostrar algo desde sus principios. Además, dice que es posible tener ciencia por accidente: cuando se sabe algo, pero se desconocen sus principios.
Acción (Praxis), Producción (Poiesis) y el Arte Aristotélico
El texto comienza diciendo que el objeto de la acción y de la producción es "lo que puede ser de otra manera" (lo contingente). A continuación, distingue entre acción (praxis) y producción (poiesis) y sus correspondientes modos de ser del sujeto o hábitos:
- El modo de ser [hábito] racional práctico.
- El modo de ser [hábito] racional productivo.
Después, define el arte como "un modo de ser productivo acompañado de razón verdadera" y que refiere a los procesos de producción de realidades no necesarias cuyo origen está en un sujeto distinto de la realidad producida. Así, distingue la producción humana de otro tipo de procesos que son necesarios o naturales. Asimismo, vuelve a distinguir entre acción y producción y dice que el arte tiene por objeto la producción y no la acción.
Finalmente, alude a la relación que existe entre el arte y el azar y la diferencia entre el arte y la falta de arte como un "modo de ser [hábito] productivo acompañado de razón falsa".
La Prudencia (Phronesis) en la Filosofía Aristotélica
El texto explica, en primer lugar, qué es un hombre prudente, con el fin de ayudarnos a comprender qué es la virtud intelectual llamada prudencia. El hombre prudente es "el que es capaz de deliberar rectamente sobre lo que es bueno y conveniente para sí mismo, no en un sentido parcial, sino para vivir bien en general".
A continuación, explica que una característica del hombre prudente es la deliberación, la cual versa sobre lo que es conveniente para vivir rectamente, algo que podemos hacer de un modo u otro. Esta afirmación le sirve para distinguir la prudencia de la ciencia, ya que esta demuestra a partir de principios necesarios sobre cosas necesarias, mientras que la prudencia tiene que ver con lo contingente. También distingue la prudencia de otra virtud intelectual, el arte: la prudencia se ocupa de la acción (praxis), cuyo fin es ella misma, y el arte se ocupa de la producción (poiesis), cuyo fin está fuera de ella.
Posteriormente, cita a Pericles como ejemplo de hombre prudente y dice que la prudencia es una virtud que no debe faltar a los que se ocupan de asuntos públicos, los administradores y políticos. Luego, habla de la influencia que tiene la moderación (sophrosyne) en la prudencia. Los hábitos relacionados con el placer y el dolor, según Aristóteles, no afectan a los conocimientos de la razón teórica, pero sí a los de la razón práctica, a lo que tiene que ver con lo que es bueno para el hombre.
Finalmente, destaca una diferencia entre el arte y la prudencia: existe una excelencia del arte, pero no de la prudencia. El artista puede errar voluntariamente, pero no ocurre lo mismo con la prudencia.