Arquitectos Barrocos en Roma

Clasificado en Arte y Humanidades

Escrito el en español con un tamaño de 3,25 KB

Carlo Maderno (1556-1629)

Uno de los primeros arquitectos barrocos será Carlo Maderno. En 1603 fue nombrado arquitecto de la Basílica de San Pedro del Vaticano, añadiendo la nave y la fachada, de tal modo que el proyecto de Miguel Ángel quedaba notablemente transfigurado. Su estilo se aprecia en las iglesias de Santa Susana y San´t Andrea della Valle donde, inspirado por la fachada de Il Gesú, introduce el claroscuro, el juego entre luces y sombras y un dinamismo pleno del lenguaje barroco.

Gian Lorenzo Bernini (1598-1680)

Gian Lorenzo Bernini destacó en múltiples facetas: escultor, pintor, arquitecto, escenógrafo. Su vida transcurrió en Roma, ciudad que ensalzó y engrandeció, dejando huellas del papel del papado, del espíritu jesuítico y el sentido contrarreformista. En 1629 fue nombrado arquitecto de San Pedro del Vaticano, donde realiza el Baldaquino de San Pedro que cobija el altar mayor situado bajo el cimborrio de la basílica, compuesto de cuatro columnas salomónicas de bronce decoradas con hojas de vid (eucaristía) y abejas alusivas a la familia Barberini (de la que procedían muchos de los papas). Esta inmensa construcción de bronce apenas tiene una línea recta, gira y se retuerce como una llamarada, utilizándolo con fines expresionistas y rompiendo el clasicismo. Más tarde le encargaron la fachada y la escalera del Palacio Barberini, la capilla Cornaro en la iglesia de Santa Maria Della Vittoria y San Andrés del Quirinal, cuyo pórtico está inspirado en el Panteón de Roma, aunque con un empleo más libre de los elementos arquitectónicos, y de planta elíptica, dotando al edificio de gran suntuosidad. Desde 1656 trabaja en la Plaza y Columnata de San Pedro, su obra maestra. Es un plaza de forma elíptica cerrada por una columnata coronada por esculturas (realizadas por él) consiguiendo sorprendentes juegos lumínicos. De la fachada de la iglesia parten los dos brazos que simbolizan a la iglesia acogiendo a la humanidad. El trazado urbanístico existente permitía que el viandante se encontrase con la obra de manera repentina, logrando el deseado efecto sorpresa (hoy roto por la apertura de la Via della Conciliazione).

Francesco Borromini (1599-1567)

Francesco Borromini trabajó con Maderno y Bernini, surgiendo entre ellos dos una gran enemistad. En  sus primeras obras, y partiendo de una concepción clásica de división horizontal del espacio, ya crea un movimiento típicamente barroco de masas que se adelantas y se retrotraen. Su estilo se percibe en San Carlo alle quattro fontane (Roma, San Carlos de las 4 fuentes), una de las obras más ingeniosas de la arquitectura. La planta es elíptica y la cúpula  ovalada, y en la fachada juega con las formas cóncavas y convexas, consiguiendo un enorme dinamismo e intenso claroscuro. En Sant´Ivo alla Sapienza la planta presenta un curioso esquema de planta estrellada que se prolonga en altura, cubriéndose con una cúpula que culmina con una espiral que invita a elevar la mirada.

En 1653 comienza a trabajar en Santa Inés, en la plaza Navona, justamente enfrente de la fuente de los 4 ríos, ejecutada por Bernini.

Entradas relacionadas: