Arquitectura del Antiguo Egipto: Templos y Tumbas
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La Arquitectura Egipcia
Características Generales
La arquitectura egipcia se caracteriza por su monumentalidad y colosalismo; sus construcciones no están hechas a proporción humana, sino divina, y son excesivamente grandes y pesadas. La arquitectura está vinculada a la religión, ya que es un símbolo del poder religioso y de amor al faraón, considerado un dios.
También presenta una estrecha relación con el medio geográfico. Egipto es pobre en madera, pero dispone de abundantes canteras de piedra, lo que determinó que el material constructivo utilizado sea la piedra tallada de forma regular, en sillares enormes, colocados sin mezcla, para dar a sus edificios la mayor duración posible. La arquitectura es arquitrabada, con cubierta plana (adintelada), formada por bloques de piedra grandes, lo que propicia una arquitectura con predominio de líneas rectas, verticales y horizontales. Los elementos de soporte son el muro (muy grueso y en talud) y la columna, inspirada en la vegetación y cuyas formas son variadísimas: palmiforme, lotiforme, papiriforme o hathórica (una mujer con orejas de vaca). También hay columnas protodóricas, precedentes de las griegas.
Apenas quedan restos de las ciudades debido a la pobreza de los materiales utilizados: paja y adobe.
Las Tumbas
Los primeros monumentos funerarios del Imperio Antiguo (2700-2250 a. de C.) son las mastabas: tumbas en forma de pirámide truncada, construidas en ladrillo que fueron primero enterramiento de faraones hasta que pasaron a ser enterrados en pirámides, y luego sirvieron de tumbas para nobles y funcionarios, hechas en piedra y agrupadas en necrópolis alrededor de las pirámides. Constan de una capilla de ofrendas, que se abre a una cámara o serdab, con estatuas del ka o doble, decorada con pinturas y relieves, y un pozo subterráneo que conduce a una cámara sepulcral donde se encuentra el sarcófago con el ajuar. El pozo se ciega con piedras para impedir el acceso.
Las construcciones funerarias del Imperio Antiguo más famosas son las pirámides, destinadas a enterramiento de los faraones y su familia. La primera fue la pirámide escalonada del faraón Zoser. Las pirámides más famosas son las de los faraones Keops, Kefrén y Mikerinos, de la IV Dinastía. Realizadas en sillares de piedra, colosales (la de Keops mide 146 metros de altura) y laberínticas para hacerlas inaccesibles. Las pirámides asombran por su solidez constructiva; es la única de las siete maravillas de la Antigüedad que permanece en pie.
A partir del Imperio Medio y especialmente durante el Imperio Nuevo, los faraones pasaron a enterrarse en hipogeos en el Valle de los Reyes. Son tumbas reales excavadas en la roca, con galerías y cámaras decoradas con pinturas y relieves.
Los Templos
Los primeros templos en el Imperio Antiguo estaban ligados a los complejos funerarios; eran el lugar para rezar por el muerto y llevarle ofrendas. En el Imperio Medio (1050-1580 a. de C.) se independizaron, pero no se han conservado bien. Los mejor conservados e importantes son los del Imperio Nuevo (1580-1070 a. de C.), dedicados a ser “vivienda de un dios”, que era la función principal del templo.
La planta de un templo es rectangular. El templo egipcio estaba jerarquizado en tamaño, altura, luz y socialmente. Los templos más importantes de este tipo pertenecen al Imperio Nuevo y fueron edificados por los faraones de la dinastía XVIII cerca de Tebas, como los de Karnak y Luxor.
Los templos funerarios solían ser de planta cuadrada, con antecámara y sala hipóstila donde se efectuaban los ritos de purificación y momificación del faraón.
Otros templos funerarios son los speos, excavados en la roca. Los más importantes son el de la reina Hatsepsut (XVIII Dinastía), en Deir el-Bahari, con tres terrazas y columnas protodóricas; y los de Ramsés II (XIX Dinastía) y de su esposa Nefertari en Abu Simbel, en Nubia.