Arquitectura Bizantina: Características, Ejemplos y Evolución
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La Iglesia de San Vital en Rávena
Construida por Justiniano tras derrocar a los ostrogodos de Italia en su capital, Rávena, la Iglesia de San Vital sigue la tradición paleocristiana, donde los puntos de fuga se dirigen hacia el ábside. Presenta una planta centralizada, octogonal, con un nártex descentrado respecto al eje de la iglesia, que da acceso a la planta baja.
Características de la Arquitectura Bizantina a partir del Siglo VI
Hasta la llegada de Justiniano al poder en el siglo VI, las construcciones religiosas tanto en Oriente como en Occidente se habían basado en la basílica romana paleocristiana. El emperador prefirió iglesias de planta central y abovedadas, inspirándose en modelos del Bajo Imperio Romano que se habían desarrollado en torno a salones palaciegos, pabellones de jardín y construcciones funerarias.
Con Justiniano, la planta central cupulada, con bóvedas de ladrillo de origen oriental, se convirtió en norma para construir los edificios religiosos. La influencia de la liturgia fue determinante para esta elección. La zona central estaba ocupada por el coro y el deambulatorio por los fieles.
Edificios más Importantes Construidos en Rávena
Iglesia de San Vital
El edificio es de planta central, octogonal, dividido en tres partes: el atrio, el nártex y la nave. El atrio corresponde al patio, el cual daba acceso al nártex. En cuanto a la nave, se encuentra una gran cúpula en el centro, la cual está cubierta por un octógono, al igual que la planta, sustentada por ocho pilares con sus correspondientes arcos. Además, es una nave anular, puesto que rodea a la nave central.
Su decoración interior incluye un gran número de mosaicos. Uno de los más importantes es el de Justiniano y su corte, el cual se encuentra en el presbiterio. Los mosaicos, con influencias romanas, adornan las paredes.
Iglesia de Santa Sofía (Divina Sabiduría)
Obra de Artemio de Tralles e Isidoro de Mileto, construida entre 532 y 537 (con minaretes posteriores), representa la concepción bizantina del universo visible: un cubo rematado por una cúpula. Conformaba un área ininterrumpida de casi 80 metros de largo por más de 30 metros de ancho.
Se utilizaron materiales ricos y exóticos que buscaban el destello polícromo y dorado de las piedras y de las teselas de los mosaicos, con el fin de diluir la estructura arquitectónica y crear un ambiente trascendente que fuese manifestación de Dios.
La bóveda se construyó con hiladas concéntricas de ladrillo a modo de coronas de radio decreciente, luego reforzadas exteriormente con mortero. La invención de la nueva planta fue posible gracias a la utilización del ladrillo como elemento constructivo en sustitución de la piedra, característica llegada a la arquitectura bizantina desde la arquitectura persa y mesopotámica.
Lo más importante: La innovación del mundo bizantino es la cúpula sobre pechinas, es decir, triángulos esféricos en los ángulos que facilitan el paso de la planta cuadrada a la circular de la cúpula. Santa Sofía con minaretes desde el siglo XV con los otomanos musulmanes turcos.
Iglesia de Santa Irene en Constantinopla
Evoluciona de una planta basilical a una planta de cruz griega inscrita en un cuadrado. La basílica, cubierta por una bóveda y dotada con dos cúpulas, culmina en su lado este con tres grandes ventanas con arco de medio punto abiertas en el ábside. Una gran cruz domina el nártex, en el lugar donde, de acuerdo con la tradición arquitectónica bizantina, se ubicaba el "Theotokos", lo que constituye un perfecto ejemplo de iconostasia.