Arquitectura Gótica Española: Claves, Historia y Elementos Distintivos
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Introducción al Gótico Español
Se denomina Gótico al arte que sucedió al Románico, el cual se desarrolló en Europa occidental desde finales del siglo XII y que en España se extendió hasta el siglo XV aproximadamente. El término gótico fue acuñado durante el Renacimiento (el estilo artístico posterior) para designar, de forma peyorativa, el arte de la Edad Media, al que consideraban de categoría inferior (gótico = propio de los godos, lengua materna de los godos). Al igual que el Románico, su aceptación no se produjo por igual en todos los países europeos.
Contexto Histórico y Social del Gótico
El Gótico se desarrolló en un momento histórico de gran auge urbano, impulsado por la burguesía y los comerciantes, mientras que los señores feudales perdían su influencia. Los castillos, por su parte, perdieron su utilidad defensiva y se transformaron en castillos-palacio.
El Arte Cisterciense: Un Estilo de Transición
El arte cisterciense es un estilo arquitectónico desarrollado por la Orden del Císter en la construcción de sus abadías y monasterios a partir del siglo XII. Este periodo de expansión de la orden coincidió con el final del Románico y el comienzo del Gótico, lo que ha llevado a considerarlo un estilo de transición.
Las innovaciones de la orden de monjes benedictinos cistercienses los llevaron a desarrollar una arquitectura sobria —en consonancia con los preceptos de la orden—, pero que incorporaba elementos del Gótico inicial. Ejemplos notables de monasterios cistercienses incluyen el Monasterio de Piedra y el de Veruela en la provincia de Zaragoza, Santa María la Real de Las Huelgas en Burgos, y el Monasterio de Poblet en Tarragona. (Ver también: Rutas del Císter).
Características Arquitectónicas Clave del Gótico
La arquitectura gótica se distingue por una serie de elementos innovadores que permitieron la construcción de edificios más altos, luminosos y esbeltos:
Planta y Bóvedas
La planta de las catedrales góticas suele tener 3 o 5 naves, siendo la central más alta que las laterales y manteniendo la girola con absidiolos. Partiendo del arco apuntado u ojival, se crea la bóveda de crucería con nervios. Estas bóvedas pueden ser sencillas (cuatripartita) o más complejas (sexpartita, estrellada). Las bóvedas descansan en el interior sobre pilares complejos.
Luminosidad y Vidrieras
Los muros macizos del Románico son sustituidos por muros con amplios vanos cerrados con vidrieras, lo que confiere gran luminosidad al edificio. Las vidrieras son ventanales compuestos por piezas de vidrio coloreado unidas por un armazón de plomo que se ajustan a la forma del vano. Destaca el rosetón: un vano circular calado colocado en las portadas.
Triforio y Soporte Exterior
La tribuna de las catedrales románicas pierde su función en el Gótico y se transforma en un elemento meramente ornamental: una galería estrecha con ventanas ornamentales denominada triforio. El peso de la cubierta se traslada al exterior mediante contrafuertes que, en lugar de estar anexos al muro como en el Románico, se colocan exentos.
Arbotantes, Pináculos y Gárgolas
Para comunicar el muro con los contrafuertes se utilizan arbotantes (arcos que descargan el peso del edificio sobre contrafuertes exteriores). Los contrafuertes, a su vez, se rematan con elementos piramidales denominados pináculos. Los arbotantes, además, cumplen la función de canal de desagüe, rematándose con gárgolas (esculturas fantásticas, aladas o monstruosas, que a menudo tienen la función de desagüe).
Remates de Fachada: Agujas, Chapiteles y Gabletes
Al exterior, las fachadas se rematan generalmente con torres terminadas en aguja o chapitel (remate apuntado de una torre). Mientras que el coronamiento apuntado formado por dos líneas que convergen en un ángulo y que suele aparecer sobre un arco se denomina gablete.