Arquitectura Neoclásica: Características, Obras y el Legado de Juan de Villanueva
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Arquitectura Neoclásica: Características y Legado
El Neoclasicismo supuso un abandono de las formas recargadas y complicadas del Barroco, dando paso a una sobriedad decorativa basada exclusivamente en elementos clásicos grecolatinos.
Lo novedoso no residía tanto en las formas, sino en los nuevos tipos de edificios que surgieron con la Ilustración: museos, construcciones para actividades científicas o monumentos como arcos de triunfo o puertas de ciudad con función decorativa o conmemorativa.
Grecia fue una fuente de inspiración más importante que Roma. Predominó el uso del orden dórico, con fuste acanalado. Las columnas volvieron a tener un papel destacado y reaparecieron los frontones decorados con esculturas.
Las fachadas principales de los edificios recuperaron la estética de los templos clásicos griegos o romanos.
La cúpula —invención romana— siguió muy presente, especialmente siguiendo modelos renacentistas como la cúpula de San Pedro de Miguel Ángel.
Juan de Villanueva: Maestro del Neoclasicismo Español (Madrid, 1739–1811)
Juan de Villanueva es el principal arquitecto español del Neoclasicismo, tanto por su formación como por su producción. Se formó en la Academia de San Fernando, donde adquirió un gusto clásico riguroso, y posteriormente amplió su formación durante siete años en Roma y Pompeya, pensionado por la Academia. Allí estudió la arquitectura romana y renacentista, especialmente la de Palladio, cuya influencia es visible en su obra.
Obras Destacadas de Juan de Villanueva
- Palacetes del Escorial (1771-1775): A los 26 años, Villanueva regresó a España y fue nombrado arquitecto del Escorial. Construyó dos palacetes para los hijos de Carlos III, conocidos como la Casita de Arriba y la Casita de Abajo. Ambas presentan planta central influida por las villas palladianas; la segunda tiene además un pórtico tetrástilo.
- Casita del Príncipe en El Pardo (1784): Un pabellón de caza para el infante don Carlos. A diferencia de las anteriores, tiene una planta más horizontal y alargada, y su fachada combina ladrillo rojo y granito.
- Museo del Prado (iniciado en 1785): Su obra más importante, concebida originalmente como Museo o Palacio de las Ciencias. En él logró unir monumentalidad clásica, modernidad y funcionalidad. Está construido principalmente en granito gris, aunque también utiliza ladrillo rojo. El edificio es muy horizontal, con una planta alargada y un cuerpo central con ábside del que parten dos largas galerías laterales, terminadas en pabellones cuadrados.
La fachada principal tiene dos pisos: el inferior presenta una sucesión de arcos y hornacinas con jarrones y estatuas; el superior, ventanales separados por columnas jónicas. El remate es una gran cornisa con ménsulas. El acceso se sitúa en el cuerpo central y está enmarcado por un pórtico dórico hexástilo, coronado por un tímpano rectangular con un relieve alegórico del rey Fernando VII como protector de las ciencias, las artes y la técnica.
- Observatorio Astronómico de Madrid (1790): Un pequeño edificio de estilo palladiano que resume su estilo. Destaca su pórtico corintio hexástilo adelantado y un cuerpo superior en forma de linterna.