Arquitectura Románica: Pilares, Estructura y Simbolismo Medieval

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La arquitectura románica es, ante todo, una arquitectura religiosa, definida como tal por dos principios básicos: la monumentalidad y la perdurabilidad. Estos principios obligan a un tipo de arquitectura sólida y duradera, por lo que se rechaza el uso de la madera y de los materiales livianos. El Románico construye en piedra, e incluso sus bóvedas son de piedra, elementos todos que obligarán a una serie de particularismos técnicos definitorios. Como aportaciones técnicas más importantes, destacan:

Plantas Arquitectónicas

La planta más común es la basílica, con crucero, cabeceras de ábsides semicirculares y, en ocasiones, pórticos a la entrada. Este modelo de planta basilical irá agrandando el crucero hasta configurar la planta de cruz latina. El fenómeno de las peregrinaciones también afectará a la evolución de las plantas, obligando a la construcción de girolas o deambulatorios y a la multiplicación de capillas y altares. Una variante poco común serán las iglesias de planta centralizada, normalmente circular u octogonal (como San Vital de Rávena).

Alzados y Estructura de Soporte

Todo el edificio románico se asienta en robustos cimientos, tan profundos que permiten la construcción de criptas o iglesias subterráneas bajo el ábside. En segundo lugar, actúa el muro, soporte tectónico de las cubiertas en el periodo Románico. El muro es grueso y aún se refuerza más por medio de contrafuertes, evitando la apertura de grandes vanos y predominando el macizo sobre el vano. Con el tiempo, la aparición de tribunas en la parte alta de la nave central contribuye a completar el sistema de soportes. En cuanto al sistema de soportes internos, la principal novedad es la utilización del típico pilar románico.

Cubiertas y Bóvedas

Sobre todo al principio, se emplea la techumbre de madera. Pero pronto las bóvedas de piedra se convierten en uno de los elementos consustanciales al estilo Románico. El tipo de bóvedas más empleado es la bóveda de cañón reforzada por arcos fajones, utilizada en las naves centrales. En las naves laterales y girolas se emplea la bóveda de arista. La evolución constructiva supone la aparición de la bóveda de cañón apuntado.

Torres

La torre es un elemento consustancial al estilo Románico, símbolo del vínculo entre los hombres y Dios, así como del poder de la Iglesia, visible desde cualquier punto del entorno. Sus formas pueden ser variadas: cuadradas, octogonales o circulares.

Fachadas y Decoración

Las fachadas suelen enmarcarse por las torres y concentran los principales programas ornamentales del edificio. Las portadas reflejan la propia organización del espacio interior del templo y suelen tener formas abocinadas. Sus elementos ornamentales característicos son, aparte de la decoración escultórica, bolas, puntas de diamante, modillones de rollo, boceles lisos, etc.

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