El Arte de la Edición Cinematográfica: Voces Expertas sobre Montaje y Sonido

Clasificado en Plástica y Educación Artística

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Perspectivas sobre el Montaje y el Sonido en el Cine

Ponce

  • Antes, con el sonidista, íbamos juntos hasta el final. Aprendíamos y veíamos cómo influía el sonido en el montaje, o cómo ayudaba en un corte. Como montajista, uno se queda fuera del proceso, a menos que se disponga de tiempo y recursos para participar en la mezcla de sonido.
  • Me gusta que el músico comience desde el inicio a enviar ideas o bocetos. Prefiero no usar música de referencia. Las referencias son difíciles de olvidar y se vuelven entrañables, y cuesta reemplazarlas.

Alejandro Brodersohn

  • En general, trato de armar la película desde la primera o segunda escena, y en el orden del guion. Si la película se está filmando, se va armando con lo que llega. Cuando empiezo una película, me invade mucha angustia; es como la hoja en blanco de un escritor.
  • Nunca me bloqueé por completo. Me pongo excusas y edito otra cosa más fácil para salir del paso. O, si no, llamo al director para saber cómo había pensado la escena y así avanzar y seguir.
  • Trato de priorizar la actuación, lo que está pasando ahí, lo dramático.
  • Me gusta proyectar la película, salir de donde la estaba editando e ir a otro lugar.
  • Otro momento de angustia que vivo es cuando se estrena; no tengo control, porque por mí la seguiría retocando. Me cuesta soltar las películas. A veces soy más posesivo que el director.
  • Editar con un tema de referencia hace que uno se encariñe con él; se edita todo para ese tema, y si no queda, genera gran frustración. Prefiero no usar música de referencia. Sin embargo, a veces lo hago para generar climas. Lo ideal siempre es editar con la música definitiva o con bocetos del músico.
  • Ninguna escena tiene sentido natural; esto se logra con el montaje. Así que no hay una escena más o menos natural porque tenga música. A veces está bien quitar la música para ver qué sucede.
  • No estoy a favor del montaje invisible ni del montaje “que se vea”.
  • No creo que un director no pueda editar; supongo que es mejor tener un editor, pero es como pensar que un director tampoco puede ser guionista.
  • El montaje es un oficio creativo, tanto como el guion, la actuación y la fotografía.

Ponce

  • Me gusta poner efectos de sonido, ambientes, etc. Lo bueno de las computadoras es que permiten trabajar con muchas pistas de audio. Generalmente, se termina el corte, se lo pasa al sonidista y se intenta supervisar la mezcla. Por cuestiones de presupuesto, en esa etapa no se recibe pago.
  • Lo que será definitivo en la película me gustaría trabajarlo más con el músico. Salvo en algunas escenas específicas, prefiero no poner mucha música. No soy de musicalizar en exceso.

Antonio Ripoll

  • Antes, el compaginador hacía todo. El sonidista traía los efectos de sonido solicitados y se encargaba de todo el montaje sonoro. Pero ahora, uno termina la película y se la entrega al sonidista para que la complete con efectos sonoros.
  • No me encargaba de la música. El director contrataba un músico, se grababa y se editaba con esa música. Era muy limitado lo que se podía hacer. Uno trataba de integrar el sonido a la situación, y eso se hace según cómo se siente la escena. Ahí la técnica no tiene nada que ver.

Walter Murch y Michael Ondaatje

  • Me propuse investigar si había diferencia entre mi estilo mecánico y mi estilo electrónico. No la había; de hecho, me sorprendió ver lo actuales que parecían mis primeras películas.
  • Hay un equivalente musical de eso, y estoy seguro de que también un equivalente quirúrgico: llega un momento en que los dedos hacen cosas más allá de lo que es capaz la mente consciente.
  • Siempre estoy al servicio de la película, y la película, por derecho propio, pertenece al guionista y al director. Solo presto mi visión de montajista.
  • El remontaje no es complejo cuando el montaje original es bueno y se trata de una historia muy lineal. Esta característica, no obstante, a veces plantea desafíos, especialmente en lo que respecta a la percepción de la duración de la película.
  • Las películas con un único punto de vista están respirando gratis si llegan a sobrepasar las dos horas de duración. Dado que solo hay un punto de vista, no hay alivio para el público y, por lo tanto, puede parecer demasiado larga aun cuando objetivamente no lo es.

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