El Arte Gótico: Iconografía, Escultura y Pintura en la Baja Edad Media
Clasificado en Arte y Humanidades
Escrito el en español con un tamaño de 5,88 KB
Transformaciones Iconográficas en el Arte Gótico
Con la nueva mentalidad de la época, aparecen cambios significativos en la iconografía gótica. Se observa la supremacía de la escultura sobre los elementos arquitectónicos que configuran el portal, llegando a ocultar elementos constructivos. Destaca también la masiva presencia de imágenes, explicada por la necesidad narrativa, la forma apuntada del tímpano que ofrece mayor espacio para representar, y el aumento del número de portadas que necesitan decoración. A esto se suma la novedad iconográfica de los temas y su composición natural.
Iconografía Escultórica: Temas y Sentimientos
Entre las novedades iconográficas destacables, sobresale la aparición de un Dios bondadoso que trae consigo la idea de la salvación, en contraste con la imagen de un Dios justiciero y el horror del infierno, más presentes en épocas anteriores. Abundarán las escenas del Nuevo Testamento con carácter narrativo; además de los temas marianos, que se plasmarán en una Virgen prudente y magnificada (ej. la Virgen Dorada de Amiens o la Virgen Blanca de Toledo). También destacarán las representaciones de las vidas de santos y mártires, identificados por sus milagros y símbolos.
Un aspecto fundamental es el culto a la muerte, plasmado principalmente en representaciones de la Pasión de Cristo, lo que dará lugar a temas como la Piedad o el Santo Entierro. Todas estas imágenes se caracterizarán por su naturalidad. Las figuras se llenarán de vida mostrando incluso sentimientos y gestos humanos, llegando a relacionarse entre sí y diferenciándose.
La Escultura Gótica: Innovación y Marcos Arquitectónicos
La escultura gótica utilizará las portadas y los claustros como sus marcos principales, destacando portadas monumentales como las de Notre Dame, Amiens o Reims. A diferencia de los elementos románicos, las jambas se ocultan tras las estatuas-columnas, y las arquivoltas se esculpen con representaciones de las Artes Liberales, los signos del Zodiaco y calendarios. Las representaciones del tímpano se suelen ordenar en bandas horizontales, facilitando la lectura narrativa.
El Retablo: Un Elemento Clave en el Interior
En el interior de los templos góticos, encontramos el retablo, que decora la capilla principal. Es semejante a una portada pero adaptado al espacio interior, con una estructura de madera policromada, que puede ser pintado o tallado y luego dorado. Se levanta sobre un banco o predela y se divide en vertical en calles y en horizontal en pisos, todo rematado por un ático. Aunque son de origen italiano y flamenco, será en España donde más se desarrollen y adquieran una gran relevancia. Por ejemplo, en Castilla, destacan los retablos escultóricos flamencos (ej. Catedral de Sevilla), mientras que en Cataluña, predominan los pintados a la italiana.
La Escultura Funeraria y Otras Manifestaciones
El Culto a la Muerte y los Sepulcros
El culto a la muerte plasmará una nueva especialidad escultórica: la escultura funeraria. Los sepulcros pueden ser adosados a un muro, bajo un arcosolio, o bien exentos en el centro de una capilla funeraria (ej. el Sepulcro de Don Alfonso en la Capilla de Miraflores en Burgos). Esta manifestación artística refleja la creciente preocupación por la salvación individual y la memoria del difunto.
Escultura Exenta: Crucificados y Vírgenes con Niño
Además de los sepulcros, también destacarán otras piezas escultóricas como las sillerías de coro, púlpitos, pilas bautismales, etc. En escultura exenta, sobresalen los Crucificados y las Vírgenes con Niño. Cristo es representado muerto, con tres clavos y sufriendo, acentuando su humanidad y sacrificio. La Virgen, como madre, muestra un profundo amor por su hijo, humanizando la figura divina y fomentando la devoción mariana.
La Pintura Gótica: Escuelas y Maestros
La Pintura Italiana del Trecento (Siglo XIV)
La pintura italiana del Trecento (siglo XIV) se va a centrar en dos escuelas principales: la sienesa, continuadora del arte bizantino, y la florentina, que cambiará el arte de pintar de lo griego a lo latino, marcando un punto de inflexión hacia el Renacimiento.
La Escuela Sienesa y Simone Martini
Los sieneses regenerarán el lenguaje orientalizante que imitaba los mosaicos bizantinos, representando iconos sobre fondos dorados e introduciendo novedades caligráficas del gótico. El autor más significativo será Simone Martini, quien combinará ambas corrientes creando un arte preciosista. Destacará esta escuela por la belleza de las líneas, la proliferación de figuras, los temas diversos que complican la composición y el carácter decorativo del color. La obra más importante de Simone Martini es el Retablo de la Anunciación (donde funde el convencional fondo de oro bizantino con la línea ondulante del gótico francés).
La Escuela Florentina y Giotto
Giotto introduce una nueva manera latina: un lenguaje más moderno donde triunfa el volumen plástico y la monumentalidad de las figuras, la realidad del paisaje y el expresionismo (dramatismo) humano. Estas características son apreciadas en las Historias Franciscanas de la Basílica de Asís, con 28 frescos, destacando las figuras por sus colores, formas y fondos paisajísticos. A partir de Giotto, la pintura mural se convierte en una conquista italiana, de la misma manera que la vidriera lo hará en Francia o el retablo en España.
Otros Centros de la Pintura Gótica: Flandes
Además de Italia, destaca otro centro crucial de la pintura gótica: Flandes. Aunque con influencias renacentistas, aún las formas estáticas, la escasa relación entre las figuras y el predominio de los detalles y las partes sobre el conjunto nos situará en la última etapa del Gótico.