El Arte de Goya: Reflejo de una Época y Precursor de Vanguardias
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Francisco de Goya: Vida, Obra y Legado Artístico
Goya vivió una etapa compleja de la historia de España, el difícil tránsito desde el Antiguo Régimen al sistema liberal. Su obra es un fiel reflejo de esta época, de la que constituye un excepcional documento. Goya observa, refleja y critica en sus cuadros los vaivenes históricos.
Genio de la pintura, es el iniciador de uno de los cambios más rotundos de la historia del arte y se le considera precursor de varias tendencias posteriores:
- Precede al Romanticismo, por algunos de sus temas (naufragios, incendios…), por la forma de expresar los sentimientos y por convertir a la masa popular en protagonista de algunas obras.
- Antecede al Impresionismo, por la pincelada suelta y por el tratamiento de la luz, en obras como La lechera de Burdeos.
- Intuye el Surrealismo cuando refleja el mundo del inconsciente.
- Precede al Expresionismo, al sacrificar la forma y el detalle en beneficio de los rasgos expresivos de lo esencial (Pinturas negras).
Características de la Obra de Goya
En su amplia obra utilizó diversas técnicas y representó temas muy variados:
- Predominio del color sobre el dibujo. Evoluciona desde los colores terrosos de los inicios, a los colores limpios y llenos de luz de su época de plenitud, para desembocar en la utilización del negro en sus últimas obras.
- Factura suelta y desenfadada. También evoluciona desde la técnica precisa y apretada de los primeros años hasta una pincelada amplia y desdibujada, preimpresionista.
- El protagonista es el hombre. Atento observador de la naturaleza humana, aporta una visión de los seres humanos en la que critica frecuentemente sus ambiciones, su crueldad, su estupidez y sus pasiones.
- Su extraordinaria imaginación le lleva a deformar, en ocasiones, la realidad, complaciéndose en lo monstruoso y en lo fantástico.
Primera Etapa: Cartones para Tapices y Retratos
Su actividad como retratista le introdujo en los ambientes de la aristocracia y de los intelectuales ilustrados.
Las obras de esta etapa son los cartones para tapices y los primeros retratos.
- Los cartones son óleos sobre lienzo que servían de modelo a los tapiceros de la Real Fábrica. Estética rococó, personajes amables y graciosos, temas populares: festejos castizos, escenas cotidianas, tipos del pueblo. Los más destacados son El quitasol, La gallina ciega, El albañil herido y los dedicados a las cuatro estaciones: Las floreras (Primavera), La era (Verano), La vendimia (Otoño) y La nevada (Invierno).
- Retratos como La condesa de Chinchón, La duquesa de Alba y Las majas. La maja desnuda, uno de los escasos ejemplos de desnudo femenino de la pintura española, es de estilo más académico, pictóricamente inferior a La maja vestida, cuya factura, por el contrario, es mucho más suelta y el cromatismo más rico. La obra maestra es La familia de Carlos IV, pintada en 1800. Representa a la familia real en un retrato colectivo. El pintor deja patentes, sin paliativos, sin idealización ni adulación cortesana, la personalidad de cada personaje, por lo que podemos hablar de retrato psicológico. Es una pintura de gran riqueza cromática con pinceladas muy cortas pero ligeras. La luz, otro elemento destacado, cae en diagonal sobre los cuerpos provocando destellos en las joyas, definiendo calidades táctiles en los atuendos, creando espacio y dando volumen a las figuras. El fondo del espacio pictórico, con el autorretrato del pintor, recuerda a Las meninas, pero aquí no hay contradicciones ni equívocos, sino que es una composición sencilla, sin barroquismo.
Los Caprichos
Grabados. La serie de Los caprichos son escenas satíricas en que critica la condición humana y los vicios sociales. Se caracterizan por un intenso claroscuro y la representación de figuras grotescas, fantásticas o monstruosas.