El Arte de la Materialidad en "Madame Bovary" de Gustave Flaubert
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Madame Bovary es considerada una de las obras más importantes de la literatura francesa y del mundo del siglo XIX. La publicación de esta obra, en el año 1857, causó grandes polémicas no solo porque critica a la sociedad burguesa del siglo XIX, posterior a la Revolución francesa y al gobierno absolutista de Napoleón en Francia, sino también porque propone un paradigma para la literatura realista y universal y para la filosofía francesa de este siglo.
Luego de haber leído la novela, me resultó interesante la forma en que Flaubert materializa a los humanos y personifica a los objetos. Decidí leer, para profundizar en este tema, La orgía perpetua de Mario Vargas Llosa, un profundo análisis literario acerca de la novela Madame Bovary. En su primer capítulo, Vargas Llosa trata esta materialidad mencionada anteriormente, “la importancia extraordinaria que tiene en él la realidad física, lo inerte”. La humanización consiste en atribuir cualidades o acciones propias de seres humanos a animales, objetos o ideas abstractas. Entendemos que Flaubert, a lo largo de la novela, elige recurrir a este recurso literario. Este recurso, hace, entre otras cosas, que nosotros, los lectores, recordemos con mayor exactitud los objetos descritos.
La Humanización de los Objetos
Al comenzar la novela, cuando se narra la infancia de Charles Bovary, quien va a ser el esposo de la infeliz Emma Bovary, se describe con profundidad la gorra que lleva puesta en su primer día de clase. “…se encuentran los elementos de la piel de oso, el chapska, sombrero redondo, gorra de nutria y el gorro de algodón, una de esas cosas malas, por último, cuya muda fealdad tiene profundidades de expresión, como el rostro de un tonto oval…”. Esta descripción no solo es muy detallada, haciendo que tengamos una clara imagen de cómo luce el gorro de Charles, sino que lo humaniza. Podemos decir esto a través de que describe el gorro con el adjetivo “muda fealdad”. La fealdad no puede ser muda, Flaubert utiliza una sinestesia (la fusión de dos imágenes sensoriales en una descripción). A través de este recurso entendemos, ya que la capacidad de hablar la tienen únicamente los humanos, que está dándole vida a la gorra. El hecho de que utiliza la comparación “como el rostro de un tonto oval”, connota esta misma idea. Al comparar la gorra con el rostro de un tonto, entendemos que se le está dando vida. Humanizando y describiendo con más detalle al objeto que lo que hace con los humanos, hace que nos preguntemos si lo material o lo humano tiene para el narrador, mayor importancia.