Arte Románico: Características Clave de su Escultura y Pintura
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La Escultura Románica: Formas y Simbolismo
En la escultura románica distinguimos dos grandes categorías: las portadas y la escultura exenta.
Las Portadas: La Puerta del Cielo
Las portadas se convierten en el principal marco donde se sitúa la escultura. La portada representa o simboliza la puerta del cielo, por lo que en ella se desarrolla la iconografía más importante. Se diferencian las siguientes partes:
El Tímpano: Centro Jerárquico
Es el lugar jerárquico más importante. Se representa el Pantocrátor o Cristo en majestad hierática, triunfante y rodeado de mandorla. Alrededor del Pantocrátor se encuentra el Tetramorfos (los cuatro evangelistas).
El Parteluz y las Arquivoltas
Se decoran con motivos geométricos y escenas del Antiguo y Nuevo Testamento.
Jambas y Capiteles
Son también el marco preferente de la decoración escultórica.
En España se consideran obras cumbres del Románico dos portadas de la Catedral de Santiago de Compostela: la Puerta de las Platerías y el Pórtico de la Gloria.
La Escultura Exenta: Cristos y Vírgenes
Son característicos los Cristos crucificados y las Vírgenes en actitudes inexpresivas, sirviendo de asiento a Cristo Rey.
Cristo Crucificado Románico
Se halla sujeto a la cruz con cuatro clavos, manteniendo los pies separados; los brazos se disponen rígidos, ciñéndose al marco de la cruz. En la cabeza lleva la corona real, no de espinas, lo que corresponde a su condición de Rey de reyes. No sufre, no experimenta dolor; es un Cristo hermético, ya sea muerto o vivo. Unas veces se encuentra vestido con una larga túnica o con faldón.
La Virgen Románica
El tipo de Virgen es una imagen sedente, ostentando la corona. El Niño aparece sentado en su regazo. Ambas figuras son rígidas, sin que exista comunicación entre madre e hijo. El Niño Jesús en el Románico no se le representa como a un niño, sino como Dios. Estas figuras pretenden inculcar respeto, incluso terror, pero no amor.
La Pintura Románica: Narración y Didactismo
La pintura en el Románico también está supeditada a la arquitectura. Las paredes de la iglesia románica estaban decoradas con pinturas, la mayoría hoy desaparecidas. La pintura debía ilustrar sobre el contenido de las Sagradas Escrituras de forma clara y expresiva. La imagen sustituye a la palabra escrita y, de esta manera, se decora el interior de las iglesias con un objetivo narrativo y didáctico. Al igual que la escultura, no pretende reproducir la realidad, sino transmitir y enseñar la palabra de Dios.
Características Principales de la Pintura Románica
Técnicas
La pintura podía ser al fresco o sobre tabla.
El Dibujo
El dibujo es grueso: se contornea con un trazo negro la silueta que separa cada superficie de color. La pintura es en realidad un dibujo coloreado con tinta plana, con una ausencia total de volúmenes.
El Color
Color puro, sin mezclas y poco variado (a lo sumo dos tonalidades), pero con un gran efectismo colorista y colores muy vivos. Destacan los colores ocres, rojizos, amarillos, blancos y negros. Debido a la intensidad y viveza de los colores utilizados, las pinturas parecen capaces de iluminar por sí mismas el interior de las iglesias románicas, a menudo sumidas en una eterna semipenumbra.
Profundidad y Luz
Carencia de profundidad y de luz: Las figuras se disponen en posturas paralelas que resaltan sobre un fondo monocromo o sobre franjas horizontales de diversos colores. La ausencia de contrastes de luz acentúa las formas geométricas.
Composición
Composición yuxtapuesta: Preferencia por las figuras frontales.