Arte Románico: Características y Ejemplos de Pintura Mural
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El Arte Románico: Concepto, Características y Pintura
Concepto y Cronología del Románico
Desde finales del siglo X hasta principios del siglo XIII se desarrolla en los diferentes reinos cristianos europeos el arte románico. Es el primer estilo artístico que podemos denominar internacional, ya que tendrá características comunes en los distintos territorios.
Durante los siglos IX y X coexistieron distintos estilos artísticos, como por ejemplo el arte asturiano y el carolingio; pero ahora un único estilo se desarrollará por toda Europa, promovido sobre todo por la orden benedictina de Cluny. El arte románico también estará influido por el teocentrismo y la religiosidad, características que se encuentran en todos los aspectos de la vida de la Edad Media.
Por tanto, la arquitectura románica es sobre todo religiosa, con iglesias rurales, catedrales y monasterios. El feudalismo, el papel de la Iglesia y los monasterios, y las peregrinaciones favorecerán la aparición y extensión de este nuevo estilo artístico.
La Pintura Románica
Características Generales de la Pintura Románica
Comparte las mismas características que la escultura románica:
- Función didáctica, destacando las representaciones de Cristo en Majestad y la Virgen con el Niño.
- La pintura está supeditada a la arquitectura.
- Ley de adaptación al marco.
- Jerarquización del espacio y las figuras.
- Abstracción y esquematismo; figuras planas cuyo rostro se simplifica.
- Hieratismo y ley de la frontalidad.
- Utilización del 'horror vacui'.
- Composiciones simétricas.
- Fondos planos.
- Trazo negro y colores vivos.
Principales Ejemplos de Pintura Románica
Destacan las pinturas de la Iglesia de la Vera Cruz de Maderuelo (Segovia), donde aparecen dos escenas que se distinguen sobre un muro con forma de arco. Los personajes del centro aparecen de pie mientras que los de los laterales aparecen arrodillados o con las piernas encogidas, dando la sensación de que flotan. El fondo es neutro y sin profundidad.
Muy famosos son los frescos de la Iglesia de San Clemente de Taüll (Lleida). No se conoce el nombre del artista que los pintó, pero se le denomina el Maestro de Taüll. Comienzan a realizarse en el año 1125 en el cuarto de esfera de la cúpula; en ella aparece representado el Pantocrátor rodeado de una mandorla. Está acompañado por los Tetramorfos abajo, y por los ángeles en la parte de arriba.
Cristo aparece con un nimbo crucífero o círculo luminoso que indica su divinidad; con una mano bendice y con la otra sostiene el libro en el que en latín se puede leer ego sum lux mundi (yo soy la luz del mundo). A los lados de la cabeza aparecen las letras alfa y omega que simbolizan el principio y el fin.
En esta representación hay una clara separación entre Cielo y Tierra. Cristo está sentado en el trono celeste y apoya los pies sobre la tierra. En el nivel inferior se representa a los apóstoles y a la Virgen María, dentro de arquerías que intentan imitar la forma de la ventana central. La composición totalmente simétrica se dispone a través de franjas horizontales. En ella Cristo aparece como protagonista del nivel superior con un tamaño mayor que el resto de personajes.
Los colores son muy vivos y brillantes, destacan sobre el resto de pinturas murales de esta misma obra. Destaca el trabajo de los pliegues de las túnicas, además del sentido didáctico de la obra.
Pinturas de la Iglesia de Santa María de Taüll: en el ábside aparece representada la Virgen con el Niño en el Trono de Dios.
Pinturas de la Iglesia de San Isidoro de León: pertenecen al primer tercio del siglo XII y decoran el antiguo Panteón de los Reyes. Temas variados: Pantócrator (bóveda central), relatos de las Sagradas Escrituras como el Anuncio a los pastores o la Santa Cena (resto de bóvedas), escenas de la vida de María (muros), los meses del año (arcos)…