El Arte del Siglo XIX: Del Realismo Social a la Revolución Impresionista Francesa

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El Realismo: Reflejo de la Sociedad del Siglo XIX

Contexto Histórico y Filosófico

El periodo que nos ocupa se inicia en 1848, durante la Segunda República Francesa. Fue la época del Positivismo y la Segunda Revolución Industrial, un contexto que propició el surgimiento de una nueva generación de artistas que apostó por una visión de futuro y la observación objetiva de la realidad.

La Escultura Realista

En el ámbito de la escultura, proliferaron las estatuas y monumentos públicos, la mayoría de ellos obras académicas e incluso mediocres. No obstante, destacan figuras como Jean-Baptiste Carpeaux, con su vibrante obra La Danza. El mejor representante del realismo social fue Constantin Meunier, quien empleó a los obreros como protagonistas de sus creaciones, visibilizando su realidad.

La Pintura Realista y sus Protagonistas

La pintura de este periodo se caracterizó por un cambio significativo en sus temas y en su tratamiento. Reflejó las realidades sociales de la época, dando lugar a la aparición de nuevos héroes y antihéroes en el lienzo. El paisaje, por su parte, estuvo muy influido por la naciente fotografía, buscando una representación más fiel. La temática social tuvo como principal representante a Gustave Courbet, con su icónica obra El entierro de Ornans. Otro maestro, Jean-François Millet, por ejemplo, utilizó suaves efectos lumínicos en obras de profundo sentimiento, como El Ángelus.

El Impresionismo: La Percepción de la Luz y el Momento

Orígenes y Conceptos Clave

El Impresionismo es un movimiento artístico francés que surgió en el último tercio del siglo XIX. Los impresionistas concibieron su pintura como una forma específica de percibir el mundo, contraponiéndose a la concepción tradicional de que un cuadro era una mera representación de la realidad. Esta nueva visión supuso una auténtica revolución artística, centrada en la captura del instante y la luz.

La Escultura Impresionista

En escultura, este periodo estuvo representado principalmente por dos autores de gran relevancia: el italiano Medardo Rosso y el francés Auguste Rodin. Rosso utilizó como técnica novedosa la cera sobre escayola, lo que le permitía jugar con la luz y sus efectos, buscando captar lo efímero y lo pasajero, como se aprecia en su obra Beso bajo una farola. Rodin es considerado el escultor más importante de todo el siglo XIX. Dominaba diversas técnicas y materiales, y concebía la estatua como una imagen que encarnaba los sentimientos más profundos del ser humano. Su afán por lo expresivo queda manifiesto en obras cumbre como Los burgueses de Calais o el Monumento a Balzac.

La Pintura Impresionista: Maestros y Características

En cuanto a la pintura, si bien grandes maestros como Goya habían anticipado ciertas técnicas que luego serían clave para el Impresionismo, fue Édouard Manet quien se erigió como su principal referente. El Impresionismo se caracteriza por sus temas cotidianos y aparentemente triviales, el gusto por la pintura al aire libre (en plein air), el uso fundamental de la luz como elemento central, la pincelada suelta y la aplicación de la teoría de los colores.

Claude Monet fue el pintor más destacado de este movimiento; su tema principal era el paisaje, y su pintura buscaba comunicar las sensaciones atmosféricas, como se aprecia en su célebre serie La Catedral de Ruan. Otro pintor fundamental fue Pierre-Auguste Renoir, quien concedió mayor importancia a la figura humana, siendo su obra más importante Le Moulin de la Galette.

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