Artefactos Clave de la Antigüedad: Ídolos, Leyes y Escrituras que Marcaron la Historia

Clasificado en Griego

Escrito el en español con un tamaño de 4,44 KB

El Ídolo Placa: Arte y Simbolismo del Neolítico y Calcolítico

La obra que vamos a comentar recibe el nombre de Ídolo Placa, pertenece a la época del Neolítico Final y el Calcolítico (IV y II milenios a.C.), y se trata de una figura que, por lo general, está realizada sobre rocas blandas como la pizarra o el esquisto, y presenta una decoración grabada a base de motivos geométricos.

En un número reducido de piezas, estas placas exhiben los rasgos de un rostro humano trazado de forma esquematizada, mostrando especial interés en la representación de los ojos y, en ocasiones, la nariz. Incluso se ha sugerido la presencia de tatuajes faciales en tales rasgos. Muchas de estas placas muestran, además, en su parte superior uno o dos orificios que permitirían a su poseedor llevarlas colgadas a modo de amuleto. Este hecho ha podido documentarse en algunas ocasiones, al encontrarse colocadas directamente sobre el pecho de algunos cadáveres depositados en el interior de los megalitos.

Tradicionalmente, se ha asociado su presencia en las tumbas megalíticas a la existencia de un primitivo culto a una diosa madre. Así pues, ante la falta de certezas en torno al significado simbólico de estas figurillas, en los últimos años han surgido nuevas teorías que tratan de explicarlas desde otros puntos de vista, y se ha planteado la hipótesis de que no nos encontramos ante representaciones de carácter religioso. De este modo, estos ídolos-placa serían una especie de escudos heráldicos en los que quedaría simbolizada la filiación del individuo a un determinado linaje.

El Código de Hammurabi: La Ley en la Antigua Mesopotamia

La obra que vamos a comentar recibe el nombre de Código de Hammurabi, creado en el año 1750 a.C. por el rey de Babilonia Hammurabi. Es uno de los conjuntos de leyes más antiguos hallados en la antigua Mesopotamia. Este código de leyes unifica los diferentes códigos existentes en las ciudades del Imperio Babilónico.

Se trata de una estela circular de diorita de 2,25 metros de altura. El fuste de la estela contiene una detallada inscripción en lengua acadia y escritura cuneiforme, que recoge un conjunto de leyes o sentencias jurídicas promulgadas por el rey de Babilonia, Hammurabi. La inscripción está distribuida en 52 columnas (24 en la cara delantera y 28 en la posterior), que suman un total de 3.600 líneas.

El relieve superior, de 65 cm de altura, muestra al propio Hammurabi de pie, vistiendo el antiguo tocado de la realeza sumeria y escuchando atentamente el contenido de la ley mientras levanta la mano derecha en un gesto de reverencia. Frente a él se halla el dios del Sol y de la Justicia, Shamash, coronado por una tiara de cuernos que alude a su condición divina. Shamash está sentado sobre un trono, apoya sus pies sobre un escabel y de sus hombros surgen poderosos rayos de sol. Está dictando la ley al tiempo que entrega al monarca la vara y el anillo con los que ha de gobernar a su pueblo.

La Piedra Rosetta: Clave para Descifrar el Antiguo Egipto

La obra que vamos a comentar recibe el nombre de Piedra Rosetta, que es una piedra de granito gris rosácea con tres tipos de inscripciones: jeroglífica, egipcia demótica y griega. Fue creada en el año 196 a.C. por los egipcios y descubierta por los franceses en el año 1799.

La Piedra Rosetta tiene 112,3 cm de altura, 75,7 cm de ancho y 28,4 cm de espesor, con un peso estimado de aproximadamente 760 kilogramos. Presenta tres inscripciones: la superior en jeroglíficos del Antiguo Egipto, la central en escritura demótica egipcia y la inferior en griego antiguo. La superficie frontal está pulida y las inscripciones ligeramente incisas en ella; los laterales están suavizados y la parte posterior está toscamente trabajada.

Su importancia para la egiptología es enorme. Poco después del final del siglo IV a.C., cuando se dejaron de utilizar los jeroglíficos, el conocimiento sobre cómo leerlos y escribirlos se perdió. A comienzos del siglo XIX, unos 1400 años después, los científicos lograron descifrarlos utilizando las inscripciones en griego contenidas en la piedra. Más tarde se comprobó que los jeroglíficos reproducían el sonido del idioma egipcio, lo que sentó las bases de nuestro conocimiento sobre el idioma y la cultura del Antiguo Egipto, gracias al descubrimiento de la Piedra Rosetta.

Entradas relacionadas: