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Calderón de la Barca
La producción dramática de Calderón de la Barca supera las cien obras. A este número hay que añadir los autos sacramentales y los dramas mitológicos o religiosos.
Obra dramática de Calderón de la Barca
- De historia y leyenda españolas: El alcalde de Zalamea.
- De enredo, de capa y espada: Casa con dos puertas, mala es de guardar. La dama duende.
- Asunto filosófico (importa más la idea que la acción): La vida es sueño.
- De honor y de celos: A secreto agravio, secreta venganza. El médico de su honra.
- Asuntos mitológicos o religiosos: Andrómeda y Perseo. Los cabellos de Absalón.
- Autos sacramentales:
• Filosóficos y teológicos: El gran teatro del mundo.
• Mitológicos: Los encantos de la culpa.
• Basados en el Antiguo Testamento: La cena del rey Baltasar.
• Basados en el Nuevo Testamento: A tu prójimo como a ti.
• Histórico-legendarios: La devoción de la misa.
Los autos sacramentales
Calderón de la Barca escribe más de sesenta autos sacramentales, y lo hace como poeta y dramaturgo, no como teólogo. Será quien dote al auto de su forma definitiva y quien, además de una muy superior belleza y calidad, le imprima mayor profundidad religiosa y teológica. En los autos, Calderón alcanza la plenitud de su simbolismo dramático.
Características de las comedias
- Estructura. En comparación con las comedias de Lope, las obras de Calderón suelen presentar una construcción más reflexiva y profunda y una estructura más lograda.
- Fondo intelectual. Sus comedias tienen también un mayor fondo intelectual e ideológico, hasta el punto de que, a veces, la idea domina sobre los hechos, obre la propia acción dramática.
- Lenguaje y versificación. El lenguaje dramático de Calderón es más elaborado y barroco que el de Lope, y su versificación es siempre rica y expresiva.
- Personajes. El teatro calderoniano se distingue, asimismo, por la fuerza de sus personajes. Algunos de ellos adquieren un verdadero valor universal por representar la firmeza de un carácter humano (Pedro Crespo en El alcalde de Zalamea) o un símbolo (Segismundo, símbolo de la libertad, en La vida es sueño). Por ello, en diversas ocasiones, sus personajes son más encarnación de ideas que individualidades.
Valor del teatro calderoniano
As obras calderonianas están dotadas siempre de una extraordinaria fuerza dramática y de un profundo sentido moral. En la mayoría de ellas, tienen cabida tres de los sentimientos más importantes y significativos de la España del siglo XVII: el religioso, el monárquico y el del honor, que Calderón sabe llevar a escena mejor que ningún otro de sus contemporáneos.
Durante el siglo XVIII, el autor cae en el olvido. El didactismo del momento y la preceptiva dramática hacen que este siglo sea muy poco favorable a nuestro teatro clásico en general.
Sin embargo, en el siglo XIX, los románticos españoles y alemanes (Herder, Schiller, los hermanos Schlegel, Goethe, etc.) descubren de nuevo a Calderón de la Barca, a quien admiran y exaltan por sus muchos valores, y a quien llegan a encumbrar por encima incluso del mismo Shakespeare.

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