Ataques de Pánico y Crisis de Ansiedad: Síntomas, Causas y Estrategias de Afrontamiento
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Ataques de Pánico y Crisis de Ansiedad: Comprensión y Primeros Pasos
El Ataque de Pánico, también conocido como Crisis de Angustia o Ataque de Ansiedad, se caracteriza por el inicio brusco de síntomas intensos. Su principal rasgo es la pérdida de control percibida por quien lo padece, tanto del entorno como de su propio cuerpo y psique.
Factores Facilitadores de una Crisis de Ansiedad
Existen diversos factores que pueden propiciar la aparición de una crisis de ansiedad, entre ellos:
Crisis previas
La experiencia de episodios anteriores de ansiedad o pánico puede aumentar la vulnerabilidad. Asimismo, la presencia de una situación estresante (incluso durante horas previas) o patrones de sueño y alimentación inusuales son detonantes comunes.
Consumo de sustancias y fármacos
El uso de sustancias tóxicas como marihuana o cocaína puede desencadenar o agravar una crisis. De igual forma, ciertos tratamientos con fármacos como hormonas tiroideas, indometacina, xantinas y corticoides pueden ser determinantes en el inicio del episodio.
Manifestaciones Clínicas de un Ataque de Pánico
Los síntomas de una crisis de ansiedad pueden ser muy variados e intensos, afectando tanto al cuerpo como a la mente. Las manifestaciones más comunes incluyen:
- Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca.
- Sudoración.
- Temblores o sacudidas.
- Sensación de ahogo o falta de aliento.
- Sensación de atragantamiento.
- Opresión o malestar torácico.
- Náuseas o molestias abdominales.
- Inestabilidad, mareo o desmayo.
- Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (sentirse separado de uno mismo).
- Miedo a perder el control o volverse loco/a.
- Miedo a morir.
- Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo).
- Escalofríos o sofocaciones.
- Boca seca.
- Rumiación (pensamientos repetitivos).
- Dificultad en el habla (tartamudeo).
- Vértigo.
- Frialdad en las partes acras (extremidades).
- Aerofagia (ingestión de aire).
- Temblor y tetania (por hiperventilación).
Durante el episodio, el paciente puede presentar signos físicos como taquicardia, sudoración, hipertensión, taquipnea (respiración rápida) y rubicundez facial. Si se utiliza un saturímetro, la saturación de oxígeno suele estar elevada, alrededor del 100%. Es crucial la evaluación de un médico para descartar otros cuadros más graves que puedan simular una crisis de ansiedad.
Manejo Inicial de una Crisis de Ansiedad
Ante una crisis de ansiedad, es fundamental actuar con calma y seguir un protocolo claro:
1. Evaluación inicial y contacto con emergencias
Tras la evaluación inicial, es vital LLAMAR AL 112 e informar siguiendo esta secuencia:
- Identificación: Del profesional y del paciente.
- Diagnóstico de sospecha: Breve descripción de la situación.
- Estado del paciente: Nivel de consciencia, constantes vitales (pulso, respiración, tensión arterial, etc.).
- Actuaciones realizadas: Soporte vital básico, administración de oxígeno, fármacos que se hayan administrado.
- Signos y síntomas de alarma: Alergias conocidas y otras circunstancias de interés.
2. Soporte emocional y técnicas de respiración
Es fundamental tranquilizar al paciente, transmitiéndole la información de que se le brindará toda la atención y el soporte necesarios. Una técnica útil para controlar la hiperventilación y evitar la tetania muscular por alcalosis es la respiración en bolsa. Esto implica respirar con una mascarilla de oxígeno desconectada (con los orificios obturados) o con una bolsa en la boca y nariz, para retener anhídrido carbónico y así disminuir la hiperventilación.