El Ateísmo y la Libertad en el Existencialismo de Sartre

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El Hombre en un Mundo sin Dios

El existencialismo se esfuerza por extraer todas las consecuencias de una posición atea coherente. El problema no es la existencia de Dios, sino que el hombre se encuentre a sí mismo y se convenza de que nada ni nadie puede salvarlo de sí mismo. Con la desaparición de Dios, desaparece toda posibilidad de encontrar valores preestablecidos.

Dostoievsky escribe: "Si Dios no existiera, todo estaría permitido". La idea del hombre como un ser libre es una consecuencia inevitable del ateísmo.

La Existencia Precede a la Esencia

Si Dios no existe, hay al menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto. Sartre señala la peculiar posición del humano: el hombre es lo que ha proyectado ser. Esta relación entre libertad y falta de naturaleza es fundamental en el existencialismo.

La Libertad y la Condena

La reivindicación sartriana de la libertad le lleva a negar cualquier género de determinismo. Dios no nos ha dado un destino, ni la naturaleza ni la sociedad determinan nuestras posibilidades. Somos lo que hemos querido ser.

Estamos **condenados a ser libres**: condenados porque no nos hemos dado a nosotros mismos la libertad, no nos hemos creado, no somos libres de dejar de ser libres.

La Libertad como Responsabilidad

La libertad se presenta como el modo de enfrentarse a la situación. Los valores no existen antes de que nosotros los queramos, no existen como realidades independientes de nuestra voluntad. Al escoger, la voluntad les da realidad.

La realidad se refiere a los actos y a la elección del perfil básico de mí mismo, del proyecto fundamental de mi existencia.

La Contingencia y el Absurdo

La contingencia es el 'estar de más', el existir sin que exista justificación. La noción de contingencia está presente en Santo Tomás, pero la diferencia entre el tomista y Sartre está en que Tomás considera que hay algo exterior al mundo que le sirve a este de fundamento y que hace inteligible la totalidad de las cosas, les da sentido.

Sartre rechaza la noción de Dios, por lo que radicaliza la comprensión del carácter gratuito de la existencia. Existes, pero podrías dejar de existir. Estamos arrojados a la existencia, nuestra presencia no responde a intención ni necesidad alguna. La vida, el nacimiento y la muerte, son absurdos.

La Nausea como Experiencia Fundamental

Este es el elemento más característico del existencialismo sartriano. La experiencia filosófica más importante es la comprensión, no solo intelectual, sino también vital. Sartre llama nausea a esta experiencia originaria del ser, la experiencia del absurdo y la contingencia de la existencia.

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