Atenas en Crisis: Conflictos Políticos y el Camino a la Reconciliación

Contexto de Tensión y Acusaciones

11- Después, en primer lugar, a aquellos que todos sabían que vivían en la democracia de sicofantas y eran molestos a los aristócratas, arrestándolos, los acusaban de homicidio; y la asamblea los condenaba. Y también todos los demás que tenían conciencia de no ser de tal clase, no se apesadumbraban.

Movimientos Militares y Enfrentamientos

24- Y Los Treinta partieron a Eleusis. Y Los Diez, junto con los comandantes de caballería, se preocupaban por los de la ciudad que estaban muy agitados y que desconfiaban unos de otros. Velaban también con caballo y escudos, y por desconfianza hacían la ronda: por una parte, desde el atardecer con escudos bajo las murallas; por otra, al amanecer con los caballos, siempre temiendo que algunos del Pireo cayeran sobre ellos.

26- Sin embargo, ninguno otro de la ciudad salió con armas, pero los jinetes a veces hacían prisioneros a los bandidos del Pireo y dañaban su ejército. También encontraban casualmente a alguno de los Exoneos que iban a sus campos. Y el general Lisímaco degolló a estos que imploraban, lo que fue mal visto por muchos caballeros.

27- Y también los del Pireo mataron en represalia, de entre los jinetes, a Calístrato, de la tribu Leóntida, capturándolo en el campo. Pues también entonces estaban muy engreídos, hasta el punto de que incluso se lanzaban contra la muralla de la ciudad. Y es preciso decir esto del constructor de máquinas de guerra de la ciudad: este, cuando supo que iban a conducir las máquinas por el camino del Liceo, ordenó que los carros llevaran piedras enormes y las dispersaran en el camino donde cada uno quisiera. Y después que se hizo esto, cada una de las piedras causaba dificultades.

Hacia la Reconciliación y la Paz

38- Y escuchando a todos ellos, los Éforos y los miembros de la asamblea enviaron a quince hombres a Atenas y les ordenaron la colaboración con Pausanias para que se reconciliaran de la mejor manera posible. Estos se reconciliaron bajo la condición de mantener la paz los unos con los otros y regresar cada uno a su país, excepto Los Treinta, Los Once y Los Diez que gobernaron en el Pireo. Y si algunos de los de la ciudad tenían miedo, se resolvió que habitaran en Eleusis.