Los atributos fundamentales de la vida

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FATALIDAD

Se refiere al segundo atributo fundamental de la vida y sugiere la condición mundana y circunstancial del yo viviente. No implica una filosofía determinista de la historia, como si la vida humana estuviera predeterminada desde su principio, menos aún de una concepción fatalista del vivir humano.

FUTURICIÓN

La vida está lanzada inexorablemente en cada instante hacia el futuro, pues tiene que decidir de continuo lo que va a hacer eligiendo entre las posibilidades disponibles. El futuro es el modo primario del tiempo histórico, porque la vida consiste fundamentalmente en decidirse. Consultar el término «Tiempo».

LIBERTAD

Consiste en decidir lo que se va a hacer en cada momento, eligiendo entre las posibilidades dadas en nuestras circunstancias. Se identifica con el tercer atributo fundamental de la vida, pero lejos de ser separable del segundo, forma junto con éste el ser propio de la vida: «libertad en la fatalidad y fatalidad en la libertad».

MUNDO Y CIRCUNSTANCIA

No es el Cosmos o mundo físico de los griegos, ni el universo material de las ciencias modernas. Se refiere más bien al mundo de nuestro vivir cotidiano, es decir el mundo social e histórico. El mundo es común, pero el yo viviente está inmerso en él dentro de sus propias circunstancias, por eso la vida es circunstancial. La metáfora que sugiere este ser mundano del yo viviente, el segundo atributo fundamental de la vida, son los «Dioscorus», «Castor y Pólux», que nacen y mueren juntos. La utilizó también para simbolizar la relación entre el yo y el objeto, en contraposición a la metáfora realista de la tablilla de cera y a la idealista del recipiente con su contenido.

PREOCUPACIÓN O CURA

Vivir es decidir lo que vamos a hacer en el mundo, donde ya nos encontramos en cada momento ocupados con los asuntos cotidianos, teniendo presente por adelantado que con esas decisiones proyectamos nuestro ser.

REVELACIÓN

Esta metáfora sugiere que el ser evidencial de la vida tiene sus propios principios de orientación, sin acudir a principios trascendentes de procedencia religiosa.

TIEMPO

No es la sucesión de instantes o duración que miden los relojes. NO se refiere al tiempo físico, ni al biológico, sino al tiempo histórico, que discurre sobre aquél. Este tiempo modal es la articulación fundamental del vivir. Porque vivir es en el fondo decidir, el futuro es el modo primario del tiempo. Por eso no cabe repetir el pasado y cada generación enfrenta el reto de superarlo, proyectando su propio ser futuro.

UNIVERSO

La totalidad de lo que hay. En un comienzo la filosofía enfrenta este objeto absolutamente problemático, porque no se sabe qué es lo que hay, si es uno o múltiple, si se puede conocer o es caótico.

YO

Es el yo que vive sus circunstancias en el mundo, del que es inseparable. No es el sujeto pensante de Descartes, ni la apercepción trascendental de Kant, sino un yo viviente, mundano e histórico, a quien se le revela su vida, arrojada en las circunstancias del mundo y proyectándose de continuo con su acción hacia el futuro.

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