Autobiografía: Entre la Verdad y la Ficción del Yo

La autobiografía y los géneros del yo

Autobiografía y ficción

La autobiografía es un género que, desde su aparición en las Confesiones de San Agustín hasta sus formulaciones más recientes, nunca ha dejado de jugar con su propio estatuto dual, en el límite entre la construcción de una identidad, que tiene mucho de invención, y la relación de unos hechos que se presentan y testimonian como reales.

Las relaciones entre la autobiografía y la ficción son difíciles, como lo son todas las fronterizas, puesto que la autobiografía ha sido defendida como género no ficcional por algunos autores, en tanto que para otros es uno de los lugares donde se resuelve la necesaria ficcionalización de toda escritura narrativa. La literatura querrá siempre jugar con el límite de la ficción/verdad que quiere situar en el testimonio de un yo que defiende la verdad sobre sí mismo.

La autobiografía como problema

La discusión sobre la autobiografía es un campo de batalla donde se enfrentan, sobre todo, diversos debates teóricos:

• La lucha entre ficción y verdad.
• Los problemas de referencialidad.
• La cuestión del sujeto.
• La narratividad como constitución del mundo.

Por todo ello, no puede considerarse como un género literario (ficcional) sin más. Uno de los aspectos que más contribuyen a la problemática de la cuestión autobiográfica es la enorme dispersión y variedad de las formas que adopta este género. Una autobiografía puede ganar un premio de novela, en tanto que para otras su lectura ficcional sería imposible, por pretender ser testimonio de un documento de época.

Este fenómeno ha ocurrido siempre: la autobiografía de Goethe, Poesía y verdad, se sirve, en ciertos pasajes, de formas narrativas ficcionalizantes típicamente novelescas; de otro lado, una novela que no es para nada una autobiografía, como las Memorias de Adriano de M. Yourcenar, adopta la forma confesional típica de las autobiografías.

La autobiografía, tal como la conocemos hoy, no se ha dado siempre ni en todas partes. Bajtín, al estudiar las formas autobiográficas de la clasicidad grecolatina, pudo constatar que el eje de su construcción no era el individuo como hoy lo conocemos y que la contraposición entre hombre interior y mundo exterior no era posible en tales obras, porque el cronotopo que las animaba era el ágora y no la privacidad íntima, que no afloraba en ellas.