Autocontrol y Mantenimiento de Productos: Estrategias de Diseño e Ingeniería

Autocontrol en la Producción

El autocontrol se refiere a la supervisión realizada por personas o empresas distintas a las de producción. La necesidad de recurrir a una empresa externa surge por:

• Falta de técnicos cualificados.
• Necesidad de objetividad en la evaluación.
• Instrumentación compleja requerida para la inspección.

Sin embargo, los costos de contratar una empresa externa o alquilar el equipo pueden ser mayores. Una ventaja es la separación entre la ejecución y el control. No obstante, esto implica costos elevados para la empresa, condicionados por el personal y la responsabilidad de la inspección.

Para minimizar estos costos, es crucial implementar el autocontrol, fomentando que los propios técnicos de fabricación e instalación asuman mayor responsabilidad.

Ejemplo: En la instalación de una ICT (Infraestructura Común de Telecomunicaciones), al instalar un cable de red, el técnico debe comprobar la señal al finalizar. Esto requiere más tiempo y recursos, aumentando los costos en comparación con la instalación simple, pero debería ser menor que la sustitución completa del cable.

Implementación del Autocontrol

Para llevar a cabo el autocontrol, se necesita:

• Disponer de tiempo suficiente. Las empresas con alta carga de trabajo enfrentarán dificultades. Una carga de trabajo cercana al 100% se considera saturada.

Las opciones incluyen:

• Contratar más técnicos de producción.
• Contratar técnicos especialistas en autocontrol.

La falta de formación técnica puede dificultar la implantación del autocontrol. Es esencial que la empresa disponga de la instrumentación específica necesaria.

El costo por unidad de producto puede ser significativamente mayor. Además, en algunos casos, la inspección puede ser incompatible con la zona de montaje. Otra dificultad es la obtención de resultados precisos, lo que puede afectar el proceso de fabricación.

Control del Estado y Mantenimiento de los Productos

El control y mantenimiento deben realizarse periódicamente, conforme a las especificaciones del fabricante.

En el caso de las salidas de productos, es crucial aplicar métodos de embalaje que permitan su correcta manipulación y transporte. El almacenamiento implica utilizar medios técnicos que eviten el deterioro de los productos.