Poder, Autoridad y Prestigio: Diferencias Clave en Filosofía Política
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Poder
El poder se define como la capacidad de un individuo o grupo para imponer coactivamente su voluntad sobre otros. Implica la habilidad de doblegar y determinar imperativamente el actuar de seres libres. Es una fuerza externa y otorgada, usualmente por delegación del pueblo. Incluso en sistemas hereditarios, se argumenta que la permanencia en el poder depende, en última instancia, de la delegación popular. El poder público, por lo tanto, se considera un depósito, y toda legitimidad se reduce al consentimiento de los gobernados.
El poder puede ser impersonal y residir en una institución. Es intrínsecamente coercitivo y, en su ejercicio, requiere el uso de la violencia, ya sea física o simbólica. Su objeto es la libertad humana, y su propósito es someterla, al menos parcial y temporalmente. No se puede ejercer el poder sin causar algún tipo de daño. Es un mandato que busca perpetuarse y robustecerse, extendiéndose hasta donde encuentra resistencia. En su extremo, puede aniquilar la libertad y provocar la revolución. Exige sumisión y, a menudo, se manifiesta de forma egoísta e inmoral.
La obediencia al poder no siempre es racional, ya que puede estar motivada por el temor. De igual manera, quien ejerce el poder puede no hacerlo de manera racional. La racionalidad es un rasgo accidental en el ejercicio concreto del poder, no una característica inherente. El poder es, por naturaleza, voluntario y fugaz, y su pérdida es inminente.
Autoridad
La autoridad, en contraste, se define como la posesión de un grado eminente de virtud reconocida. Quien posee autoridad es un virtuoso. Es una cualidad interna y autónoma, cuyo fundamento reside en el propio individuo. La autoridad se tiene o se es, es personal e intransferible. Solo uno mismo puede despojarse de su propia autoridad. Es constitutivamente autárquica, inofensiva y pacífica.
La autoridad se manifiesta como una ayuda, un consejo. Se busca, no se teme. No busca esclavizar a nadie y muestra desinterés hacia el aplauso de las masas. Exige que se mantengan las distancias, y su maduración supone necesariamente la perfección. Una "autoridad maligna" es una contradicción en términos. La autoridad es acatada cuando es objetivamente reconocida, y seguirla es una estrategia racional en la búsqueda de lo objetivamente bueno. Es vitalicia: una vez alcanzada, no está amenazada.
Prestigio
El prestigio es más que una opinión pública favorable; es una cualidad real del sujeto. Se acrecienta al ser rubricada con el sacrificio.
Reflexiones Finales
El sentido del progreso político de nuestra época parece dirigirse hacia una transición de:
- Ideologías a ideas
- Libertad a seguridad
- Elección a fiscalización
- Poder a autoridad
Consultar un diccionario de autor es una forma de buscar buena compañía intelectual. Estos conceptos son fundamentales para comprender la dinámica del poder y la legitimidad en cualquier sociedad.