El Baldaquino de San Pedro: La Obra Cumbre de Bernini en el Barroco Romano

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El Baldaquino de San Pedro: Obra Maestra del Barroco Romano

El Baldaquino de San Pedro, una de las obras más emblemáticas del Barroco, fue concebido en un momento en que la Basílica de San Pedro volvía a concentrar el interés de un Papa mecenas, deseoso de sistematizar la zona de su altar mayor, verdadero nudo arquitectónico y simbólico del templo. Su ejecución consumió nueve años de trabajo (1624-1633), generando diversos problemas.

Contexto y Desafíos de su Creación

La Provisión de Materiales: El Bronce del Panteón

Uno de los desafíos principales fue la provisión de materiales. Bernini, seguro de la concesión pontificia, resolvió el problema expoliando todo el bronce del Panteón, lo que suscitó numerosas críticas. Entre ellas, destacaron las del médico papal G. Mancini, culto coleccionista y experto en pintura, a quien se atribuye el satírico dístico: «Quod non fecerunt barbari, fecerunt Barberini» (Lo que no hicieron los bárbaros, lo hicieron los Barberini).

La Ubicación y la Visión Monumental de Bernini

Otro problema fue la ubicación de la estructura definitiva que sustituiría a la provisional erigida sobre el altar mayor, un lugar arquitectónicamente significativo. Bernini, fusionando la espectacularidad de la obra interina (cuatro ángeles que sostenían un rígido pabellón metálico) con la reevocación de la pérgola constantiniana, concibió una máquina estupefaciente, transportando sus dimensiones a la escala monumental del gigantesco ámbito del crucero basilical, sometido a la gran cúpula miguelangelesca.

Innovación Artística y Fusión de Disciplinas

Bernini superó las soluciones convencionales de los baldaquinos concebidos como obras arquitectónicas con forma de templo, diseñando una estructura dinámica que es, a un mismo tiempo, arquitectura, escultura y decoración. Quiso repetir en las columnas la forma de aquellas salomónicas de la antigua pérgola columnaria con balaustrada que, desde el siglo IV, separaba el presbiterio del resto de la iglesia, y que se creían procedentes del Templo de Salomón, testimoniando así, mediante la pervivencia formal, la continuidad ideal del Cristianismo.

El Baldaquino, por su dinámica estructura transparente y sus gigantescas dimensiones, permite la visión del estático ambiente arquitectónico y se convierte en el único interlocutor del espacio miguelangelesco. Atrae hacia sí las miradas y las dirige después hacia el espacio circundante y, a su vez, por el color oscuro y dorado del bronce, crea un atractivo contraste con el blanco de los pilares que sostienen la cúpula, con cuya rectitud contienden los fustes contorneados de sus columnas. El nexo de varias artes en una concepción unitaria, absolutamente innovadora, culmina en su coronamiento, donde se funden formas arquitectónicas, fantásticas y naturales, y donde el estro creador de Bernini se alió con el ímpetu creativo de Borromini, ideador del remate.

Simbolismo e Iconografía del Baldaquino

La Glorificación de Urbano VIII y la Dinámica del Movimiento

Iconográficamente, el Baldaquino no deja de ser, además de una celebración de la continuidad histórica de la Jerusalén bíblica en la Roma papal, triunfante sobre la Reforma, una glorificación del nuevo Salomón: Urbano VIII. Las abejas del escudo familiar de los Barberini campean en los lambrequines de la cubierta, y el sol resplandeciente, otro símbolo familiar, brilla sobre los entablamentos de las columnas. Celebración de los Barberini y glorificación de la Iglesia Católica, el Baldaquino es un palio gigante que, en mitad de una procesión, parece impulsado por los fieles y movido por el viento. Tan perfecta es la ilusión de ser una estructura en movimiento, que las gualdrapas del remate parecen zarandeadas por el aire. Nada de esto debe extrañar, ya que el proyecto berniniano, se ha dicho, imita el aparato efímero construido para la canonización de Santa Isabel de Portugal.

Ficha Técnica y Contexto Histórico

  • Obra: Baldaquino de San Pedro
  • Artista Principal: Gian Lorenzo Bernini
  • Colaborador Destacado: Francesco Borromini (en el remate)
  • Época: Barroco
  • Años de Ejecución: 1624-1633
  • Patrono: Papa Urbano VIII (Familia Barberini)
  • Ubicación: Basílica de San Pedro, Ciudad del Vaticano, Roma

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