El Barroco: Arte, Religión y Sociedad en la España del Siglo XVII

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El Barroco: Instrumento de Fe y Control Social

El Barroco se erige como un movimiento cultural clave en la lucha contra el protestantismo y el asentamiento del mundo confesional católico. Esta legitimización religiosa se vio amplificada y distribuida a través de las manifestaciones artísticas y culturales del Barroco.

La Fugacidad de la Vida y el Poder de las Imágenes

Se busca conmover a los fieles a través de las imágenes, recordándoles la fugacidad de la vida terrenal y la importancia de la salvación eterna. En una sociedad con una esperanza de vida de apenas 30 años, el mensaje de memento mori ("recuerda que vas a morir") resonaba con fuerza. La pintura de Zurbarán, con su realismo místico, ejemplifica esta búsqueda de impacto emocional.

La vida es sueño, obra cumbre de Calderón de la Barca escrita en 1635, encapsula esta visión del mundo como algo efímero, donde la verdadera existencia reside en el más allá.

El Barroco: Mecenazgo Eclesiástico y Control Ideológico

El Barroco, además de fomentar un mensaje emocional, fue un movimiento patrocinado por la Iglesia, su gran mecenas. La obra de José Antonio Maravall, La cultura del barroco, presenta una imagen del Barroco como herramienta para la creación de conciencias, buscando distraer, conmover y aturdir al pueblo, evitando el desarrollo de un criterio propio y fomentando el pensamiento en clave confesional católica.

La Sociabilización de la Fe y el Teatro como Herramienta de Control

El Barroco promueve la sociabilización de la fe a través de actividades como la Semana Santa y las cofradías, que aglutinan y distraen a la población. El mundo se presenta como un gran escenario donde conmover al público, los fieles cristianos.

El teatro se convierte en una de las manifestaciones culturales más importantes del Barroco. Grandes autores como Lope de Vega, Góngora y Calderón de la Barca utilizan el teatro para expresar ideas sobre la fugacidad del tiempo, la obediencia al monarca y el honor. El teatro se erige como una alternativa al púlpito, convirtiéndose en una escuela de costumbres donde, junto a los temas religiosos, abundan las comedias de capa y espada y los dramas históricos. El tema del honor se convierte en un pilar fundamental de la cultura barroca.

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