El Barroco: Un Movimiento Artístico en el Siglo XVII

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El Barroco fue un movimiento artístico que se desarrolló durante el siglo XVII. Los escritores y los artistas de esta época dejaron de creer en los ideales renacentistas (el amor platónico, los mitos clásicos, el heroísmo…) y cayeron en un hondo pesimismo, alimentado por la desastrosa situación que vivía entonces Europa (guerras de religión, crisis económica, empobrecimiento de la población, gobiernos absolutistas…).

Renacimiento y Barroco no han de entenderse como movimientos culturales opuestos entre sí: el Barroco continúa las ideas y la estética renacentistas pero evoluciona. Con el paso del tiempo acaba por imprimir a las distintas manifestaciones culturales unos rasgos diferentes a los propios del siglo XVI.

Características del Barroco

  • Desvalorización de lo terreno: insistencia en las ideas medievales de brevedad de la vida y caducidad de las cosas.
  • Concepción negativa del mundo: el mundo es un engaño y una irrealidad, nada es en él duradero.
  • Pesimismo fruto del desencanto y del desengaño de una época que vive una profunda crisis (guerras, decadencia, recesión económica…).
  • Exageración de los rasgos renacentistas: contrastes y desproporción.
  • Artificiosidad, efectismo, gusto por la ornamentación.

Temas del Barroco

En el siglo XVII predomina una concepción negativa del mundo, que aparece como caos, desorden y confusión. A los ideales renacentistas les siguen el desencanto y la frustración.

La vida está regida por la idea de muerte: vivir es solo un breve tránsito entre la cuna y la sepultura (título de una obra de Quevedo).

El tiempo lo destruye todo y la realidad es ilusión y apariencia: la vida es sueño y el gran teatro del mundo (títulos de dos obras de Calderón de la Barca) son temas recurrentes.

La brevedad de la vida, la caducidad de las cosas y la fugacidad de lo terreno explican la idea barroca por excelencia: la del desengaño.

Estética del Barroco

La estética barroca prefiere el movimiento, el dinamismo, el contraste, la luz y las sombras.

  • Usa expresiones brillantes e ideas ingeniosas y agudezas complicadas.
  • Utiliza abundantes imágenes y antítesis.
  • Emplea la hipérbole, la exageración que da a todo un carácter desorbitado.

Conceptismo (El contenido se desarrolla a expensas de la forma)

Aparecen muchas ideas expresadas en pocas palabras (condensación conceptual).

Para crear conceptos («ejercicio ingenioso que consiste en poner en relación palabras muy diferentes entre sí») los poetas emplean:

  • Símiles
  • Metáforas
  • Antítesis, paradojas
  • Paronomasias (“Allí se vive porque se bebe”)
  • Dilogías, juegos de palabras (“cardenal”)

Para condensar la expresión usan:

  • Elipsis (“Lo bueno, si breve, dos veces bueno”)

Culteranismo (La forma se desarrolla a expensas del contenido)

El tema es mínimo pero se embellece la expresión con un estilo muy suntuoso, muy culto.

Son las dos tendencias estilísticas dominantes en la literatura barroca española.

No son movimientos opuestos, pese a los duros enfrentamientos personales de sus defensores (Quevedo y Góngora): los dos persiguen la originalidad, desarrollar el estilo al máximo de sus posibilidades y admirar al lector.

En ambas tendencias se rompe el equilibrio renacentista entre forma y contenido.

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