El Barroco: Sociedad, Cultura y Costumbres en el Siglo XVII

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1. Sociología del Barroco

El Barroco se define, en gran medida, por su oposición al Renacimiento, considerándose una antítesis de este. Mientras que el Renacimiento se caracteriza por la claridad, el orden y la pureza, el Barroco se presenta como oscuridad y desorden.

2. La Cultura del Barroco

En el artículo Sociología del Barroco, J. A. Maraval expone su tesis, en la cual analiza una serie de características que definen esta etapa. Basándonos en ellas, desarrollaremos nuestro análisis.

2.1. Anonimato

El lazo de parentesco, existente en el Renacimiento, desaparece. Comienzan a desarrollarse los éxodos rurales que configuran una sociedad llena de desconocidos de distinto origen dentro de una misma ciudad, normalmente la capital. Al alejarse del entorno original, ya sea pobre o rico, el individuo se siente desinhibido, pues no tiene el control de lo que hace ni del entorno en el que se encuentra. Esto puede manifestar una serie de conductas que escapan al control del entorno conocido. Por ejemplo, en la picaresca, en El Buscón, observaremos cómo el protagonista delinque más fácilmente fuera de sus lazos familiares.

2.2. Relaciones Contractuales

La compraventa o el alquiler de casas son relaciones innovadoras que se establecen en este siglo, convirtiéndose en un fenómeno interesante. Un ejemplo de esto se encuentra en la obra de teatro de Lope de Vega, Santiago el Verde. El título hace referencia a una fiesta que se realizaba en Madrid, cerca del día de Santiago. Al comenzar la obra, una dama le comenta a su amiga que en el apartamento de enfrente se han mudado unos caballeros de Granada, y uno de ellos es muy guapo. Observa al caballero comer, hablar, hace ruidos para que la mire, pero él no se fija en ella. Los desconocidos, en esta nueva sociedad, exaltaban la curiosidad y la expectación. Si un caballero se traslada a la corte en Madrid, tendrá que buscar una casa y establecer un contrato de alquiler.

Los criados, anteriormente, solían ser hijos de otros criados que se criaban en la misma casa con los dueños, siendo compañeros de la infancia. Sin embargo, en el Barroco, también se contrataban, estableciéndose una relación salarial. La compraventa de ropas permitía a individuos de clase social baja, con dinero, aparentar ser caballeros y nobles, dando lugar al enredo y el engaño en las comedias. Esto representaba un peligro, ya que una dama podía enamorarse de un artesano disfrazado de caballero. En Santiago el Verde, Celia intenta vadear un arroyo y el coche sufre un accidente; Don García la salva. Celia, aunque está prometida con Don Rodrigo, se enamora de Don García. Don Rodrigo le pregunta al granadino a qué se dedica, y este dice que es artesano, sastre. Don García va a tomar medidas a Celia para el vestido de novia, en una de las escenas más picantes del Barroco español. El novio, receloso, no puede hacer nada. Solía ocurrir una escena paralela desarrollada por los criados. Celia no sabe si es caballero o sastre, si la está engañando, y, si es artesano, quiere amar a Don Rodrigo. Don García contrata a un sastre para que haga el vestido, pues es caballero realmente.

2.3. Desplazamientos

Durante el Barroco, surgen enredos relacionados con los desplazamientos. Por ejemplo, una dama podía cambiarse de casa rápidamente al estar alquilada. Cuando el amante iba a visitarla a la reja, se encontraba con que había otra familia y otra dama alquiladas allí, dando lugar al enredo. El grueso de personas del éxodo rural se dirigía hacia donde iba la corte. En 1561, la corte se establece en Madrid, y buena parte de la comedia barroca transcurre en esta ciudad. Muchos de los escritores son madrileños de nacimiento, y otros de adopción (como Góngora). Esta cultura capitalina, en el Barroco, provoca una alteración del comportamiento.

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