Bernini y la Plaza de San Pedro: La Columnata del Vaticano
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La Columnata de la Plaza de San Pedro del Vaticano
Autor: G. L. Bernini (1598 – 1680)
Estilo: Barroco
Cronología: 1656 – 1667
Localización: Ciudad del Vaticano (Roma, ITALIA)
Análisis Formal
El genial planteamiento de Bernini consiguió salvar las exigencias que conllevaba la construcción de un acceso a la basílica de San Pedro, máximo símbolo del cristianismo: acoger a un gran número de peregrinos y permitir, desde cualquier punto, la perfecta visión del papa, en el balcón de la Loggia, durante la bendición; convertir en punto central de la plaza el obelisco que el papa Sixto V había colocado en línea con el eje de la basílica.
Bernini ideó una primera plaza delimitada por dos brazos rectos y ligeramente convergentes que se abren formando una gran plaza elíptica. Este planteamiento permitía que el Papa fuera visto desde cualquier punto. Esta forma de los dos brazos circulares remite a dos brazos abiertos que simbolizan la voluntad de acogida de la Iglesia.
Cada uno de los dos brazos ovalados constan de cuatro hileras de columnas y pilares dóricos que forman tres calles y sostienen un entablamento de orden jónico. La columnata culmina en una balaustrada que acoge a 140 estatuas de santos y mártires de la Iglesia.
Análisis Iconográfico
Tras años de guerras convulsas por toda Europa, la Iglesia retomó de nuevo su autoridad y planteó una nueva manera de acercarse a sus fieles. La nueva arquitectura nacía del espíritu de la Contrarreforma, muestra esta escenografía, concebida para provocar emociones.
La columnata creada por Bernini dejaba entrever la basílica, medio oculta por el bosque de columnas, cuando el caminante se acercaba a ella. Este bosque de columnas nunca permitía contemplar el edificio completo. Una vez atravesada la galería de columnas, el visitante puede contemplar la visión grandiosa y espectacular de la fachada de la basílica, coronada por la espléndida cúpula.
El Autor
Bernini nació en Nápoles. Hijo de un padre escultor que le enseñó el oficio, pasó la mayor parte de su vida en Roma. La razón de ello es bien sencilla: cuando contaba 31 años fue designado arquitecto del pontífice Urbano VII.
Como arquitecto, y fruto de sus trabajos en el Vaticano, son dos de sus más conocidas realizaciones: de un lado, el famoso Baldaquino de San Pedro, situado en el centro de la basílica, justo sobre el lugar en el que se halla la humilde tumba del primer apóstol. Años después, Bernini levanta la columnata que cierra la plaza con su forma elíptica, pero que al mismo tiempo se abre para recibir a las multitudes que acuden a la llamada del pontífice.