Estado de Bienestar, Neoliberalismo e Índices de Desarrollo: IDH e IDHD
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Estado de Bienestar
El Estado de Bienestar es el conjunto de instituciones estatales que garantizan una serie de derechos sociales ejercitables por la inmensa mayoría de los ciudadanos desarrollados. Esto se logra a través de políticas y programas de carácter redistributivo, basados en la solidaridad intergeneracional y apoyados en la idea básica del “ciudadano trabajador” como sujeto de derechos sociales, y, de manera residual, como “ciudadano necesitado”. Se definen las prestaciones estatales encaminadas a cubrir riesgos sociales y a mejorar la suerte de los más débiles.
Elementos clave:
- Poder público: Intervención.
- Pleno empleo.
- Ritmos de crecimiento altos.
Neoliberalismo
El principal exponente del Neoliberalismo es Milton Friedman. Constituye la continuidad de la economía clásica. Surge con fuerza debido a:
- Algunos economistas nunca dejaron de denunciar el intervencionismo y mantuvieron con vida la llama del liberalismo.
- Debido a la falta de respuesta del keynesianismo, salieron a la luz las teorías neoliberales.
Por lo tanto, de las políticas por el lado de la demanda se pasa a políticas del lado de la oferta. Remedios:
- Liberalizar los diferentes mercados.
- Necesidad de privatizar.
- Moderación de los costes para incrementar el grado de competitividad.
- Desmantelamiento del Estado de Bienestar.
- Uso preferente de la política monetaria.
- Retirada total del estado en la economía.
Índice de Desarrollo Humano (IDH)
El IDH resume las mediciones de los avances medios logrados por un país en torno a:
- Salud: Esperanza de vida al nacer.
- Conocimiento: Educación, ponderación de la tasa de alfabetización de adultos y el promedio de años de escolarización.
- Ingresos: Renta real por habitante medido en INB pc.
Índice de Desarrollo Humano Ajustado por la Desigualdad (IDHD)
El IDHD adopta el IDH, en base a la desigualdad de distribución en cada dimensión existente entre toda la población. Recoge las desigualdades en las dimensiones del IDH rebajando la media del valor de cada dimensión según su nivel de desigualdad. Toma en consideración salud, educación e ingresos y también cómo se distribuyen estos avances entre los ciudadanos, descontando a la media de cada dimensión un valor que depende del nivel de desigualdad del país.