El Bienio Reformista: Transformaciones y Desafíos en la Segunda República Española

Desde abril de 1931 hasta septiembre de 1933 se conoce como el Bienio Reformista, social-azañista o republicano-socialista. El nuevo gobierno tenía las siguientes prioridades:

• 1. Había que completar la reforma del ejército.
• 2. Enfrentarse con el tema de la reforma agraria.
• 3. Satisfacer las demandas autonomistas catalanas.
• 4. La reforma de la Iglesia.

A) La Reforma Militar

Llevó a cabo la supresión de aquellos organismos, cargos y funciones que se consideraron superfluos e innecesarios. Se intentó el sometimiento del ejército al poder civil. Suprimió la Academia Militar de Zaragoza, dirigida por Franco. Lo que no consiguió fue la estima de los oficiales del ejército.

B) La Reforma Agraria

Se llevó a cabo desde dos ámbitos: una reforma técnica y una reforma social. Se basó en:

1. El Decreto de Términos Municipales que obligaba a los propietarios a contratar a jornaleros locales.
2. El Decreto sobre Laboreo Forzoso.
3. Se crearon Jurados Mixtos de trabajo rural, propiedad rústica e industrias agrícolas.
4. Se estableció el seguro de accidentes de trabajo y se reguló la jornada laboral de 8 horas.

La nueva Ley de Reforma Agraria contemplaba la creación de un Instituto de Reforma Agraria (IRA). La nueva ley cumplió, en líneas generales, con su objetivo esencial. No se consiguió generar el número previsto de campesinos propietarios. Tampoco se incrementaron de manera significativa los rendimientos productivos. Se expropiaron sin indemnización las tierras de los grandes terratenientes.

C) La Política de Obras Públicas

Supuso recuperar la tradición de Primo de Rivera en obras hidráulicas y ferroviarias.

D) La Política Educativa y Cultural

Fernando de los Ríos llevó a cabo la duplicación del número de escuelas primarias, la creación de Misiones Pedagógicas y el apoyo a la expansión universitaria.

E) Hacienda

F) Ministerio de Trabajo

Al frente se encontraba Largo Caballero.

Organización del Estado

En la Constitución de 1931 se recogía la demanda de autonomía, dentro de un estado definido como integral, ni unitario ni federal. La aplicación fue llevada a cabo en Cataluña, el País Vasco y Galicia.

1. El Estatuto de Cataluña

La iniciativa del proceso cayó en manos de Esquerra Republicana. La comisión elaboradora fue la del Estatuto de Núria. La aprobación del Estatut no satisfizo plenamente a los catalanistas. El Estatut concedía a Cataluña un notable marco de autogestión: tendría un gobierno autónomo, la Generalitat, con un presidente, un poder legislativo o Parlamento de Cataluña y un consejo o poder ejecutivo; tendría también policía propia y se reconocían como lenguas oficiales el castellano y el catalán.

2. País Vasco

Siguió un ritmo distinto del catalán. En primer lugar, faltaba el acuerdo entre las sociedades vasca y navarra. El impulsor del autonomismo fue el PNV. Los ayuntamientos de Navarra lo rechazaron.

3. Galicia

A pesar de haber sido aprobado el estatuto en 1932, su aprobación definitiva se hizo en junio de 1936; la guerra impidió su puesta en vigor.

La Oposición al Gobierno Azañista

La Oposición Política

La labor de oposición más eficaz fue protagonizada por Gil-Robles, quien en 1933 fundó un nuevo partido, la CEDA. Su principal idea era conseguir la suficiente ayuda parlamentaria. La extrema derecha se organizó en torno a la figura de José Antonio Primo de Rivera y el partido creado fue Falange Española.

La Oposición Social

Provenía de las organizaciones patronales. Los anarquistas promovieron huelgas generales y movimientos de carácter insurreccional. De ellos destaca el de Casas Viejas, donde tuvo lugar una matanza de campesinos por la Guardia Civil. Esto provocó el recrudecimiento de la acción anarquista contra el gobierno. En noviembre hubo elecciones legislativas que cambiaron el rumbo de la República. La CEDA fue la organización política más votada y la segunda, los Radicales de Lerroux. Ganó la derecha.