Biomas Terrestres: Interacción de Clima, Suelo y Vegetación Global

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Grandes Sistemas Naturales de la Tierra: Clima, Suelo y Vegetación

Este documento explora los principales biomas terrestres, analizando la compleja interacción entre el clima, el suelo y la vegetación que define cada uno de estos ecosistemas únicos.

Índice de Biomas

Bosques Tropicales

Aparecen en zonas con clima ecuatorial y monzónico. Se caracterizan por una gran variedad de especies, resultado de la estabilidad de estos sistemas durante millones de años. Los árboles son altos y compiten intensamente por la luz, lo que favorece la presencia de epífitas. Una fina capa húmica se forma sobre suelos férricos, que tienden a sufrir procesos de laterización si quedan al descubierto tras rozas y deforestación. Las principales amenazas antrópicas provienen de problemas sociales e intereses madereros.

Herbazales

Los herbazales, como la sabana, la pradera y la estepa, a menudo representan una degradación del bosque tropical debido a la escasez o irregularidad de las lluvias. Suelen aparecer en zonas de aire subsidente seco, asociadas a anticiclones subtropicales.

  • Sabana: Presenta dos periodos húmedos y carece de invierno.
  • Pradera: Tanto la precipitación como la temperatura son intermedias con respecto a la sabana y la estepa.
  • Estepa: La vegetación es más escasa y de menor porte, siendo la antesala del desierto.

El cultivo y el sobrepastoreo empobrecen el suelo y pueden degradar la sabana a estepa.

Desiertos

Los desiertos aparecen en zonas de aire subsidente seco, típicas de los anticiclones subtropicales. La vegetación es xerófila, predominantemente espinosa y suculenta (como las cactáceas).

En los desiertos pedregosos, la meteorización mecánica desagrega las rocas, y los vientos erosionan otras formaciones de relieve mediante abrasión. La arena resultante se deposita en dunas en los desiertos arenosos. Las escasas lluvias suelen ser intensas, y en desiertos costeros, la humedad puede provenir de nieblas o rocío. La intensa evaporación genera cuencas salinas, conocidas como chotts. La fauna adquiere hábitos de vida nocturnos para evitar el calor diurno.

Bosques Templados

Al sur de la tundra se extienden los bosques de coníferas, con un gran aprovechamiento maderero, hasta el límite con los climas fríos (clasificación D de Köppen).

  • Bosque Caducifolio: Compuesto por especies como el roble, haya, olmo y arce, se desarrolla en suelos ricos en humus. La supervivencia de estos bosques se debe, en parte, a la gestión y el equilibrio ecológico.
  • Bosques Mixtos: Con especies como el alerce, abedul y sauce, están en peligro por ser menos atractivos que las coníferas para su aprovechamiento maderero.
  • Bosque Mediterráneo: Es perennifolio, dominado por quercíneas, y ha sido en parte sustituido por pinares de repoblación. Como aprovechamiento forestal, destaca la dehesa.

Tundra

La tundra se extiende al norte de la taiga, en zonas donde el mes más cálido no supera los 10ºC. En este medio sobreviven musgos, líquenes y algas. El largo invierno impide que los bosques pueblen la tundra; además, el suelo helado en profundidad (permafrost, que puede alcanzar 1500 m en Siberia) impide el enraizamiento, por lo que solo el matorral se asienta.

En verano, se forman zonas pantanosas debido a problemas de infiltración, con la consecuente abundancia de mosquitos y subsidencias del terreno que limitan la ocupación humana, restringida a la explotación de recursos como pieles e hidrocarburos.

Montaña

La vegetación en las montañas se asienta según la altitud, pero esta distribución es diferente según la latitud. En Canarias, por ejemplo, se distinguen ambas vertientes por el fenómeno del mar de nubes (especialmente en la vertiente norte). Las cumbres a menudo albergan especies reliquia de épocas glaciares. En Europa y Norteamérica, las montañas se aprovechan ampliamente como recurso de ocio.

El Impacto Humano en los Ecosistemas Terrestres

La mayor amenaza para la flora y fauna es la destrucción de sus hábitats. En el caso de los bosques tropicales, esto se debe a la introducción de monocultivos o la erosión causada por rozas.

El cultivo de las llanuras herbáceas ha acabado con gran parte de ellas en Norteamérica. En África, las técnicas de cultivo en zonas secas de sabana son precarias. En las estepas, algunas iniciativas de cultivo han fracasado estrepitosamente, con consecuencias como la desecación del Mar de Aral.

En zonas templadas, se practican drenajes para convertir marjales en zonas de cultivo, y lamentablemente, tierras fértiles se urbanizan. Los cambios en la vegetación pueden provocar la erosión del suelo, alteraciones en el ciclo hidrológico y modificaciones significativas en el paisaje (ej. presas como Asuán, o el impacto en el Mar Caspio).

¿Es la tecnología capaz de salvar a nuestra especie de la destrucción de su propio medio?

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