El Boom de la Narrativa Hispanoamericana: Realismo Mágico y Transformación Literaria
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La década de 1960 marcó un momento estelar para la narrativa hispanoamericana, caracterizado por un reconocimiento internacional sin precedentes (Premios Nobel, éxito editorial, etc.). Coincidieron en este periodo numerosos novelistas en plena madurez creativa, dando origen a lo que se conoce como la narrativa del Boom.
Resulta difícil establecer rasgos comunes entre estos autores, pero comparten una innegable calidad literaria, una originalidad creativa destacada y el uso de técnicas narrativas novedosas, lo que les valió un notable éxito comercial internacional. Es importante señalar que el término "Boom" no es una denominación literaria, sino una etiqueta empleada por la industria editorial para referirse a este fenómeno.
Durante esta época, se continuó cultivando el realismo mágico y el género fantástico, siendo el realismo mágico la corriente narrativa más genuina de Hispanoamérica.
El Realismo Mágico: Una Percepción Única de la Realidad
Los novelistas del realismo mágico defienden una forma diferente de percibir el mundo sensible. Para ellos, la realidad no puede comprenderse solo mediante la razón; también posee una dimensión mágica. Lo maravilloso y lo inexplicable forman parte intrínseca de la realidad y son herramientas válidas y complementarias para explicar el mundo. En estas narrativas, los sucesos más fantásticos no extrañan a los personajes, quienes los asumen como hechos habituales. Lo real y cotidiano puede tornarse sobrenatural y sorprendente, presentando la realidad como algo maravilloso.
Orígenes y Evolución del Término
El término "realismo mágico" fue utilizado inicialmente para referirse al arte europeo de entreguerras. Sin embargo, el novelista venezolano Uslar Pietri lo aplicó para describir la narrativa renovadora hispanoamericana nacida en torno a los años 40. Previamente, autores como Borges habían explorado el "realismo fantástico", y Alejo Carpentier había acuñado el concepto de "lo real maravilloso", afirmando que este se encuentra "a cada paso en la historia del continente".
Los autores de la época consideraron que el realismo mágico era la única manera eficaz de captar la realidad de Latinoamérica, una realidad muy diferente a la europea. Su mundo es asombroso, insólito, lleno de excesos y contrastes, donde la leyenda y la magia forman parte de la vida diaria.
Influencias Fundamentales del Realismo Mágico
El realismo mágico es fruto de dos influencias básicas:
- El surrealismo: Corriente artística que puso en cuestión el concepto tradicional de realidad.
- Los mitos y leyendas de los pueblos indígenas: Ricos en elementos fantásticos y cosmovisiones únicas.
Aunque estos escritores no formaron una generación homogénea (muchos se identificaron ideológicamente con la Revolución Cubana, pero continuaron evolucionando y publicando nuevas obras tras el Boom), se pueden encontrar líneas comunes en la narrativa hispanoamericana de ese momento:
Características Comunes de la Narrativa del Boom
Subjetivismo
Reacción contra el tradicional narrador omnisciente en tercera persona. La acción se muestra a través de la óptica parcial de un "yo" (protagonista, personaje secundario o testigo de los hechos) o desde las diversas conciencias de los personajes. El punto de vista del narrador adquiere así múltiples perspectivas diferentes. Se incorpora el mundo del subconsciente, expresado mediante técnicas como el monólogo interior o el uso de la segunda persona. Esta incorporación puede, además, producir una falta de lógica en las narraciones, lo que a veces les resta coherencia.
Ruptura de la Linealidad Temporal
El tiempo cronológico se sustituye por el tiempo anímico. A menudo se producen saltos cronológicos, otras veces se entremezclan tiempos diferentes y en ocasiones se adelantan acontecimientos.
Voluntad Temática
Se continúan explorando temas existenciales, ahondando en la esencia del ser humano de todos los tiempos mediante elementos míticos y alegóricos. Aparecen novelas sobre la iniciación o maduración de los adolescentes que critican los modelos culturales dominantes. El tema de la soledad e incomunicación es recurrente. La muerte, a menudo, es un tema central o un elemento significativo, pues pone en evidencia el tránsito de los humanos y resalta el valor de la vida.