El Bote de Al-Mugira y las Pyxis Omeyas: Iconografía del Poder Califal
Clasificado en Plástica y Educación Artística
Escrito el en español con un tamaño de 4,14 KB
El Bote de Al-Mugira, junto con las pyxis omeyas, son ejemplos destacados del arte suntuario de Al-Ándalus, revelando un complejo programa iconográfico de propaganda política al servicio del califa.
El Bote de Al-Mugira: Un Tesoro de Eboraria
Este objeto, utilizado para guardar perfumes, presenta una cubierta que evoca la juventud y la maternidad. Su calidad técnica se manifiesta en las palmetas con pequeños agujeros en los bordes, que recuerdan a las flores características del maestro Halaf.
El año 968 marca un hito en la eboraria con la fabricación del Bote de Al-Mugira, actualmente en el Louvre. Al-Mugira, hermano de Al-Hakem II e hijo de Abd-al Rahmán III, recibió este regalo a los 18 años. El bote representa el primer testimonio datado de un cambio temático, ricamente decorado con una distribución espacial de cuatro medallones lobulados que incorporan escenas sobre un fondo de ataurique.
Entre los medallones, escenas más pequeñas decoradas con ataurique refuerzan el significado de los medallones principales, cuya iconografía está relacionada con el poder. Los medallones circulares o lobulados están enlazados mediante nudos.
Este bote muestra un renovado programa iconográfico de propaganda política al servicio del califa, inspirado en los textiles de Persia, Siria o Bizancio. Se eligen temas decorativos concretos, con origen en el mundo oriental, incorporados para legitimar el poder del soberano. Esta práctica llega a estandarizarse, de modo que todas las artes suntuarias usarán las mismas imágenes en diferentes soportes.
Análisis de los Medallones
- Medallón Frontal: Representa un tema oriental (persa preaqueménida), el combate de animales (un león y una gacela), aludiendo al poder del soberano que ataca a su enemigo.
- Otro Medallón: Muestra figuras sobre un estrado, una escena de corte sostenida por leones (alusión al poder). El personaje central, más pequeño, toca el laúd. A la derecha aparece Al-Mugira (identificado como sirviente por el abanico que lleva) y Al-Hakem a la izquierda, creando una figura estereotipada del califa en majestad para representar el poder sin recurrir a rasgos físicos. Se recurre a una actitud rígida, hierática y frontal, identificándolo por sus atributos.
- Eje del Cuerpo: Dispone un frasco que evoca una pieza de cristal, aludiendo a la Copa de los Mundos o de la Inmortalidad (elemento simbólico que alude al poder del califato). Otro elemento es una espiga o tallo vegetal terminado en una flor, símbolo de la fertilidad vegetal y la prosperidad del Estado.
Pyxis de Ziyad ibn Aflah: Un Paralelo Iconográfico
La Pyxis de Ziyad ibn Aflah, conservada en el Museo de Victoria y Alberto de Londres, presenta una inscripción que la dirige al prefecto de policía de Córdoba y la data en el año 970. Es una de las pocas pyxis en las que se han conservado restos de policromía (colores azules y rojos).
Mantiene el mismo tipo de decoración, pero con algunas variantes: aparecen tres medallones lobulados. En uno de ellos, un personaje sobre un palanquín subido en un elefante, flanqueado por sirvientes que guían la montura, representa al califa en majestad, sosteniendo una redoma que alude a la Copa de los Mundos. El palanquín alude al uso de elefantes en las ceremonias palatinas, rememorando las del mundo abasí.
Otro medallón tiene un enorme herraje que invade la decoración, con un pequeño espacio para el herraje original. El califa aparece representado sobre una tarima o mueble de lujo, sobre águilas, que son un símbolo de poder. El califa en majestad, hierático, sostiene una bandera o estandarte como símbolo o atributo. Un sirviente tiene una espada en la mano y el otro un pequeño recipiente con el que rocía el cabello del califa.
El siguiente medallón representa al califa como cetrero (caza con halcones), montado en un caballo, portando el halcón en la mano, delante hay una liebre y detrás un galgo o lebrel que les acompañaba en las cacerías. Esta tradición llega a través de los omeyas.