Brujas en el Siglo XV: Auge y Declive del Comercio Según Pedro Tafur
Clasificado en Historia
Escrito el en español con un tamaño de 3,72 KB
Descripción del Comercio en Brujas según Pedro Tafur
Fragmento del libro de viajes que escribió Pedro Tafur, un texto histórico-literario. Lo escribió durante los años que estuvo viajando, recorriendo los tres continentes conocidos en su época, y describió tanto las poblaciones como las costumbres de sus habitantes. Pedro Tafur fue un viajero y escritor castellano.
El Auge Comercial de Brujas en el Medievo
En tierras flamencas, la ciudad de Brujas brilló con luz propia en el comercio europeo de fines del Medievo. Le favorecían su ubicación, en una zona densamente poblada, y su excelente comunicación con el mar, a través de su antepuerto, Damm, sustituido posteriormente por La Esclusa. Desde finales del siglo XIII existía un servicio marítimo regular entre las ciudades de Brujas y Génova. Unos años más tarde, Venecia establecía un servicio similar. Por lo demás, a Brujas llegaban los más variados productos: unos procedentes de Inglaterra, como la lana; otros del mundo escandinavo, como el hierro o los arenques; otros del territorio ruso, como madera y cera; otros, en fin, de Oriente, como especias.
Paralelamente, Brujas se convirtió en el principal puerto exportador de las manufacturas de Flandes y de las regiones próximas. Por lo demás, la actividad bancaria alcanzó tales dimensiones que hicieron de Brujas un prestigioso centro internacional de pagos y de crédito. Así se explica que se constituyeran en dicha ciudad numerosas colonias de mercaderes. Los ingleses, hanseáticos, genoveses, venecianos, florentinos, castellanos, vizcaínos, catalanes, etc., se agrupaban en naciones, cada una de las cuales tenía su casa consular, así como almacenes y zonas asignadas para la descarga de los barcos. Todos los factores citados contribuyeron a hacer de Brujas, en la primera mitad del siglo XVI, el principal núcleo mercantil y bancario de Europa, algo así como el Wall Street de la época. No olvidemos que desde una fecha indeterminada, aunque situada con toda seguridad en la primera mitad del siglo XIV, se realizaban en la ciudad de Brujas transacciones mercantiles en un local de la familia "Beurse", término flamenco del que procede la palabra bolsa.
El viajero castellano Pedro Tafur, que estuvo en la ciudad flamenca en 1438 con motivo de un viaje por Europa, consideraba que Brujas era, sin discusión, el puerto de comercio más activo de toda Europa, superior al de Venecia. Así las cosas, nada tiene de extraño que la población de Brujas pasara de unos 35.000 a mediados del siglo XIV a cerca de 100.000 al concluir la decimoquinta centuria, por más que en esta última fecha ya hubiera iniciado su declive.
El Declive de Brujas: Factores Clave
En efecto, desde mediados del siglo XV se detectan en Brujas síntomas inequívocos de retroceso. Es indudable que siguió funcionando, al menos hasta bien entrado el siglo XV, como el gran centro financiero de Europa. Veamos algunos ejemplos. Agentes pontificios establecidos en Brujas transferían a la Cámara Apostólica las rentas papales originarias de Polonia, Alemania o los reinos escandinavos. Asimismo, en Brujas se efectuaban, en el siglo XV, pagos de conventos prusianos. Pero en otro orden de cosas, la crisis se anunciaba como irremediable.
Un factor decisivo, en ese sentido, fue el progresivo encenegamiento del Zwyn, lo que hacía cada vez más difíciles las comunicaciones de la ciudad con el mar. Pero no menos importante fue la crisis de la pañería flamenca, que repercutió en una merma sensible de las exportaciones que se realizaban desde Brujas. Tampoco hay que olvidar, a la hora de analizar el declive de Brujas, el ascenso de nuevos núcleos, altamente competitivos, en particular el de Amberes.