La Búsqueda de la Felicidad: Comprendiendo la Alegría y la Dicha
Clasificado en Psicología y Sociología
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La felicidad se puede entender como una vivencia subjetiva de un estado de alegría y dicha permanente o estable. La alegría es la exteriorización de la satisfacción del vivir, mientras que la dicha es la vivencia interior de la alegría, de la que proviene.
Definiciones Clásicas de la Felicidad
Las definiciones clásicas de Boecio, como «el sumo bien, que abarca dentro de sí todos los bienes», o «la cifra y la causa de todo lo que se desea», son de claro origen aristotélico. El eudemonismo (la concepción de la felicidad) de Aristóteles traza las líneas básicas que delimitan la conducta humana.
El Fin Último del Hombre
Todo lo que hace el hombre lo hace por algún fin, y el fin es el bien que se desea conseguir. El bien último, aquel que se quiere por sí mismo y en vista del cual se hace todo, es también el fin último que todos los hombres desean: «Tal parece ser eminentemente la felicidad». Y esta es una actividad del alma.
La Naturaleza de la Felicidad
La felicidad, no obstante, es algo que se desea, pero no algo sobre lo que pueda decidirse directamente, porque los fines se desean, pero solo se eligen los medios. De aquí la ordenación problemática del hombre a la felicidad: no puede sino tender a ella, y se dice que cada cual debe forjársela, pero puede no conseguirla, porque no es objeto de decisión.
La Felicidad como Consecuencia de la Acción
La felicidad más bien acompaña a la acción humana, como consecuencia de ella, y esta tiende a fines directamente asequibles. Por esto, difícilmente puede decirse sobre ella más de lo que indicó Aristóteles: todos los hombres tienden a la felicidad, pero no todos están de acuerdo en cuanto a poder decir qué es. Solo se la experimenta de forma pasiva, «a resultas» de las acciones que los deseos, la imaginación, el conocimiento o las creencias nos permiten pensar que están ordenadas a la felicidad.
La Contemplación y la Sabiduría
De ahí que se la defina como la contemplación, la actividad más alta del intelecto humano. Por ello, solo los sabios son felices de verdad, pues el vulgo considera la felicidad, el negocio, las riquezas y los honores.
Facultades Comunes y Propias
Los seres humanos también tienen facultades comunes con los animales (comer, beber, etc.), pero poseen otras facultades (pensar, querer, etc.) que son propias de ellos. La auténtica felicidad consiste en el ejercicio de estas últimas facultades.
El Esfuerzo Intelectual hacia el Bien
El hombre necesita averiguar qué es el Bien, realizando un esfuerzo intelectual para alcanzar la felicidad cumpliendo el deber.