La búsqueda de la felicidad en la verdad: El pensamiento de San Agustín

Clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 2,84 KB

1.3. Felicidad y posesión de Dios

Agustín no trata únicamente de hallar una verdad, lo que verdaderamente busca es encontrar la verdad que nos haga felices, puesto que únicamente a través de ella se logra la felicidad. Podría decirse que Agustín es eudemonista en ese sentido. Pero su eudemonismo no consiste en alcanzar bienes temporales o en satisfacer las pasiones porque todas esas son felicidades efímeras. La verdadera felicidad se encuentra únicamente en la posesión de la verdad completa, verdad que debe trascender todas las verdades particulares. La Verdad que busca Agustín es la medida (absoluta) de todas las verdades posibles. Esta Suprema Medida es, y sólo puede ser, Dios, y conocer y poseer a Dios brinda la felicidad al ser humano. Sólo el sabio es feliz. A quien no ha llegado a la verdad no puede llamársele feliz.

1.4. La existencia de Dios y las ideas ejemplares

El pensamiento agustiniano distingue dos tipos de realidades: por un lado, el Ser Absoluto o Dios; y por otro, los seres contingentes creados por Él (lo que es pero puede no ser).

Dios es el Ser Absoluto, Eterno, Perfecto, Bueno, Justo e Inmutable. Dios aparece probado en el alma creyente, ya que éste es capaz de conocer al Dios Verdadero, Necesario e Inmutable, pero dicho conocimiento no sería posible sin la propia existencia de Dios.

Por tanto, podemos afirmar que la prueba demostrativa de la existencia de Dios es una consecuencia directa de la teoría del conocimiento. Veamos cómo.

Argumentos sobre la Existencia de Dios

  • Argumento gnoseológico: puesto que la verdad existe y Dios es su fundamento, Dios existe.
  • Argumento cosmológico: La creación (lo material) no proporciona al ser humano la felicidad que busca, y señala hacia una verdad que le transciende, es decir, hacia Dios.
  • Ideas perfectas: la auténtica demostración agustiniana de la existencia de Dios reside en las ideas ejemplares. El ser humano percibe las verdades ejemplares, infinitas y necesarias, o como dijo Agustín <>. Este tipo de ideas supera a nuestra capacidad intelectiva. Dios dispone las ideas ejemplares o arquetipos en el interior del ser humano. El entendimiento es incapaz de modificarlas, puesto que son superiores a él. Podrá captarlas con mayor o menor claridad, pero siempre permanecerán invariables.

Las ideas ejemplares y eternas se basan en la existencia. De la misma manera que el conocimiento sensible muestra las cosas variables, las ideas eternas y ejemplares manifiestan también su fundamento: Dios. No existe cosa alguna sin fundamento, y el fundamento de lo inalterable tiene que ser a su vez también inalterable.

Entradas relacionadas: