La caída de Troya: Orígenes, desarrollo y consecuencias del conflicto épico
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Los orígenes del conflicto: El Juicio de Paris
Antes del asedio de Troya, en el Olimpo, Zeus se enamoró de la nereida Tetis. Sin embargo, el destino preveía que el hijo de Tetis sería superior a su padre. Zeus renunció a su amor y le buscó un esposo entre los mortales: Peleo. El hijo de Tetis y Peleo sería un héroe, superior a su padre pero inferior a un dios. La boda se celebró en el Olimpo y fueron invitados todos los dioses, excepto Discordia, quien, en venganza, se presentó de improviso y le entregó a Zeus una manzana de oro para que se la diera a la diosa más hermosa.
Se convocó un concurso y se presentaron Hera, Atenea y Afrodita. Zeus, para evitar compromisos, le entregó la manzana a Hermes, quien a su vez se la dio a Paris, hijo de Príamo, rey de Troya. Mientras cuidaba un rebaño de ovejas, Hermes se le acercó a Paris con la manzana de oro. Paris la tomó y obsequió a las tres diosas. Cada una de ellas intentó sobornarlo:
- Hera: Le prometió convertirlo en el rey más poderoso del mundo.
- Atenea: Diosa de la sabiduría, le prometió convertirlo en un gran sabio.
- Afrodita: Le prometió casarlo con la mujer más bella de Grecia.
Paris le entregó la manzana a Afrodita. La mujer más bella era Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta y hermano de Agamenón, rey de Micenas. Paris raptó a Helena y se la llevó a Troya. Todos los caudillos de Grecia prepararon una expedición para rescatar a Helena. El ejército que formaron lo componían Menelao, Ulises, Agamenón y Aquiles (hijo de Tetis y Peleo).
La vulnerabilidad de Aquiles
Tetis intentó hacer que su hijo Aquiles fuera inmortal y lo sumergió en la laguna Estigia, sujetándolo del talón. El talón quedó desprotegido y se convirtió en su única parte vulnerable.
El fin de la guerra: El caballo de Troya
Después de diez años de guerra, narrados en la Ilíada, y tras la muerte de Aquiles, los griegos se encontraban desmoralizados. Entonces, a Ulises se le ocurrió una idea brillante: simular que se retiraban y dejar frente a la muralla de Troya un enorme caballo de madera en cuyo interior se ocultarían los mejores guerreros. Los troyanos cayeron en la trampa y lo introdujeron en la ciudad, considerándolo un trofeo o botín de guerra. Por la noche, los guerreros salieron del caballo, abrieron las puertas de la ciudad al ejército griego que se había ocultado y quemaron Troya hasta los cimientos.
El regreso de los héroes
Tras la destrucción de Troya, todos los caudillos griegos regresaron a sus respectivas ciudades, dando lugar a nuevas historias y aventuras, como la Odisea, que narra el largo y peligroso viaje de regreso de Ulises a Ítaca.