Camilo José Cela y Miguel Delibes: Innovación y Legado en la Novela Española del Siglo XX
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Camilo José Cela: Experimentalismo y Visión Crítica
Cela continúa adaptando sus obras a las nuevas tendencias que se incorporan en la novela española. En la década de los 60, su obra Mrs. Caldwell habla con su hijo se presenta en prosa poética, un soliloquio disparatado de una mujer que habla con su hijo muerto.
San Camilo, 1936, es otro ejemplo de su experimentación, un monólogo interior esperpéntico que Cela sitúa en los tres días previos a la Guerra Civil. Otras de sus novelas más experimentales incluyen Oficio de tinieblas, 5 y Mazurca para dos muertos.
Cela transmite una visión negativa del hombre en la mayor parte de sus obras, escéptica ante sus posibilidades de mejora. Esta visión y su constante afán por experimentar nuevas técnicas son dos de las características más sobresalientes de su obra. Su estilo es brillante, maestro en la descripción y en los diálogos en los que utiliza gran variedad de registros.
Miguel Delibes (1920): Trayectoria y Humanismo
Miguel Delibes inició su trayectoria profesional como periodista, profesión que el autor consideró siempre su escuela de estilo. Toda su obra posee un tono ético y humanista que se combina con el amor a la naturaleza y el rechazo a la deshumanización. En su obra predominan los personajes indefensos y los ambientes humildes. Su estilo se mantiene siempre dentro de la sencillez y la precisión lingüística.
Obra Destacada de Delibes
La sombra del ciprés es alargada es una obra primeriza, con ciertos defectos de construcción. Una serie de obras posteriores de tono crítico le acercan a los planteamientos de la novela social: El camino, La hoja roja y Las ratas.
Con Cinco horas con Mario, Delibes se incorpora a la tendencia experimental. En esta obra se aúnan las preocupaciones ético-sociales, siempre presentes en Delibes, con la renovación formal. Incorpora el monólogo interior, es decir, se presenta el discurso del pensamiento del personaje principal (y único), Carmen, mientras vela a su marido, Mario.
Es una crítica irónica a las clases medias provincianas: a la estulticia de ciertas mujeres, a la pasividad y “palabrería vana” de ciertos intelectuales. La novela se cierra con una nota de esperanza en la figura del hijo, Mario, que quizá supere la banalidad de la madre y los prejuicios machistas del padre.
El tiempo cronológico no es lineal; se reconstruye la vida matrimonial de Carmen y Mario con saltos temporales que el lector debe recomponer. Resulta también novedosa la técnica de inicio de los capítulos: se abren con una cita de la Biblia que suscita la reflexión o la rebeldía de Carmen y da origen a su soliloquio o falso diálogo.