El Camino de la Historia: De la Memoria Mítica a la Disciplina Científica
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De la Memoria Mítica a los Orígenes de la Historia
Así, la memoria que recordaba los acontecimientos agrícolas se fundió con la memoria del origen y desarrollo del grupo étnico, dando como resultado una memoria social que se activaba cada año con el calendario astronómico y se transmitía oralmente en forma de mitos y leyendas.
La transmisión oral de la memoria del grupo étnico posibilitaba la pérdida o distorsión de los hechos, por lo que surgió la idea de plasmar esta memoria social a través de signos, dando origen así a los primeros códices y sistemas de escritura para almacenar y transmitir la memoria colectiva de los pueblos.
Mitos y Crónicas: Los Precursores del Relato Histórico
Todos los pueblos del mundo tienen lo que se llama un mito fundador, es decir, un relato que narra el origen de dicho pueblo y que mezcla actos de los hombres con los de los dioses, considerándolos verdaderos y sagrados. Los mitos son antecedentes, pero todavía no son historia.
Con la escritura aparecen las crónicas, que tampoco son historia propiamente dicha. Se trata de una forma de narración de sucesos, pero de manera libre, sin atenerse a reglas estrictas.
Como ejemplos de crónicas tenemos las Cartas de Relación de Cortés para el caso de la conquista de México. Las crónicas son materia prima de los historiadores, pero no estrictamente historia.
Heródoto: Padre de la Historia
Cicerón, un filósofo romano, fue quien calificó a Heródoto como el padre de la historia. Y es válido reconocerlo así, en tanto Heródoto contribuyó a cambiar a fondo el relato del pasado, pues en su obra Los nueve libros de la historia, combina ya el relato de los acontecimientos con una visión global y se examinan los hechos buscando la ley que rige la acción humana. Heródoto realiza un gran aporte a la narración histórica, pues la independiza de la poesía épica y de la explicación mítica.
Lo anterior es importante porque Heródoto vivió en un mundo poblado de mitos. El mito en el mundo griego era el gran maestro de los griegos; en ellos se ilustraban sobre moral, historia y conducta de los pueblos, sobre cultura e incluso sobre política.
Contra esta tradición se rebeló Heródoto y dio una calificación a la palabra "mito" que desde entonces la disminuyó: dijo que el mito era un relato falso. Y de alguna manera, antepuso la historia al mito como antídoto.
La Constitución de la Historia como Ciencia
Marc Bloch, un gran historiador francés, fusilado por los alemanes en 1944, señaló que:
“la historia es vieja como relato, pero muy joven como empresa razonada de análisis”.
Y es que la historia, como hemos visto, no nació originalmente como ciencia; de hecho, actualmente no todas las historias que se nos presentan como tales son científicas.
Pero no solo la historia, sino todas las ciencias se constituyeron y estructuraron mediante un largo proceso en el que tuvieron que romper con su pasado ideológico o precientífico. Así, por ejemplo:
- La alquimia es la prehistoria ideológica de la química.
- La astrología es la prehistoria ideológica de la astronomía.
La evolución de las distintas teorías historiográficas desde Heródoto a Marx y Engels no es otra cosa que el proceso mediante el cual se hizo posible una ruptura constitutiva (el surgimiento del materialismo histórico) y la aparición de la ciencia de la historia en el siglo XIX, con los aportes de distintas corrientes como el romanticismo, el positivismo y el marxismo.
Como lo señala el historiador mexicano Enrique González Rojo: “el materialismo histórico es la toma de conciencia que hace la historiografía de sí misma”.
Actualmente, en el ámbito científico y en general, se acepta a la historia como una ciencia y se ubica dentro de las llamadas ciencias sociales o del hombre, pero es necesario aclarar que se trata de una ciencia en proceso de construcción.
Logros de la Historia como Ciencia
Lo anterior significa que, a pesar de no ser una ciencia “acabada”, contiene ya ciertos avances, ciertos logros que le dan un carácter científico y la distinguen de las otras formas de historia precientíficas o ideológicas.
El primer logro es la conciencia del pasado, pues la humanidad no siempre tuvo conciencia de esto. Solo cuando los pueblos pueden elaborar un concepto, una idea del tiempo (del pasado, el presente y el futuro), están pensando históricamente.