Campos de Concentración y Conferencias de Paz: Claves de la Segunda Guerra Mundial y el Nuevo Orden Global
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El Horror de los Campos de Concentración
Los primeros campos de concentración se construyeron en 1933, destacando entre ellos el de Dachau, inicialmente destino de detenidos políticos alemanes. Posteriormente, acogió a grupos religiosos, homosexuales, entre otros. En 1938 se construyeron los de Mauthausen y Ravensbrück, donde acabaron buena parte de los republicanos españoles. Con el progreso de la guerra, la construcción de campos se intensificó.
El campo de Auschwitz-Birkenau fue el más representativo, al considerarse un campo de exterminio en el que se pusieron en práctica las últimas novedades tecnológicas para la liquidación en masa de personas (cámaras de gas, hornos crematorios, entre otros). Acogió a polacos, rusos, gitanos, judíos... y llegó a exterminar a unas 10.000 personas diarias. Desde 1942, funcionaron también campos más pequeños específicamente de exterminio, diseñados para eliminar rápidamente a miles de deportados, conocidos como limpieza étnica.
Los campos eran espacios cercados con muros, alambradas eléctricas y torres de vigilancia para evitar las fugas. Los presos vivían hacinados en barracones que contaban con edificios auxiliares (duchas, talleres, etc.) y estaban sometidos a duras condiciones de trabajo. Desde 1942, se instalaron cámaras de gas y hornos crematorios con los que hacían desaparecer los cadáveres. Se obligaba a los presos a llevar signos de identificación de su condición (judíos, homosexuales, comunistas, entre otros), y se les sometía a una disciplina feroz y a todo tipo de maltratos. Estas condiciones, unidas a una escasa alimentación y a trabajos forzados, producían una elevada mortalidad entre los prisioneros.
La SS se encargaba de la gestión y la explotación de los campos, a menudo en colaboración con grandes empresas que situaban sus fábricas cerca de los campos y utilizaban a los prisioneros como mano de obra esclava.
Las Conferencias de Paz y el Nuevo Orden Mundial
La organización de la paz se abordó en una serie de conferencias entre los Aliados a partir de 1941, con la firma de la Carta Atlántica. Las más importantes fueron las impulsadas por los Tres Grandes (EE. UU., la URSS y Gran Bretaña) desde 1943 en Teherán hasta la de Yalta, en febrero de 1945.
La Conferencia de Yalta (Febrero de 1945)
Yalta marcó el momento de mayor colaboración entre los Aliados; Roosevelt, Stalin y Churchill decidieron la desnazificación y partición de Alemania, e incorporaron a Francia en el reparto. Otras cuestiones que se debatieron fueron la división de Polonia, las nuevas fronteras de la URSS, la creación de una comisión de reparaciones para evaluar los pagos de Alemania y la organización de elecciones democráticas en los países liberados. Además, se estableció la creación de un nuevo organismo internacional para garantizar la paz: la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Para que estas iniciativas prosperaran era necesario esperar la completa derrota del nazismo, el enemigo común. Para entonces, la situación había cambiado hasta el punto de que la desconfianza y la provisionalidad definían ya la relación entre los anglo-estadounidenses y los soviéticos.
La Conferencia de Potsdam (Julio-Agosto de 1945)
La Conferencia de Potsdam fue la última que realizaron los Tres Grandes. Se fijó la situación de Alemania, que, finalmente, conservó su unidad y pasó a la tutela de los Aliados. Berlín se dividió en cuatro zonas con un gobierno interaliado y se consolidaron las fronteras de Polonia. Más allá, los resultados fueron escasos, y el permanente enfrentamiento entre Stalin y Truman se saldó en acusaciones mutuas de pretender la hegemonía mundial, en la suspensión de las ayudas de EE. UU. a la URSS y en el dominio soviético sobre Europa Oriental.
Tratados de Paz Posteriores
No fue hasta la Conferencia de París cuando se elaboraron los tratados de paz con Italia, Rumanía, Bulgaria, Hungría y Finlandia, firmados en 1947. Hasta 1955 no se cerró el de Austria, que permanecía ocupada por los Aliados. Y aquel mismo año, las potencias aliadas, sin la URSS, firmaron la paz con Japón. En cambio, Alemania no firmó nunca un tratado de paz, sino que sus relaciones con los Aliados fueron reemprendidas de manera progresiva.