El Cantar de Mio Cid: Argumento, Estructura y Temas Clave
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Introducción al Cantar de Mio Cid
El poema se conserva en un manuscrito del siglo XIV y al final de este se puede leer que lo escribió Per Abbat en el año 1207. Se ha discutido mucho sobre la autoría de la obra. Según Menéndez Pidal, uno de los máximos investigadores del Cantar, el poema fue compuesto a principios del siglo XIII por un solo autor. Per Abbat sería, pues, un mero copista del poema. Se trata, por tanto, de una obra anónima.
Tema Central: La Honra del Cid
El tema principal del Cantar de Mio Cid es la honra, concretamente la pérdida de la honra y su progresiva recuperación. El Cid sufre dos afrentas a lo largo de la obra:
- La primera, al ser desterrado por falsas acusaciones.
- La segunda, a causa del agravio a sus hijas.
A partir de estos dos acontecimientos deshonrosos, todos sus actos tendrán como único objetivo: recuperar la honra que le ha sido arrebatada. Y lo conseguirá, primero, cuando obtiene el perdón del rey; después, cuando los infantes de Carrión son derrotados y las hijas del Cid se casan con los infantes de Navarra y Aragón.
Estructura del Cantar de Mio Cid
El Cantar de Mio Cid se puede dividir en tres partes:
1. Cantar del Destierro
El rey Alfonso VI destierra al Cid de Castilla tras una falsa acusación. Abandona su tierra y afronta su deshonra. Antes de partir, deja a su esposa, Doña Jimena, y a sus hijas en el monasterio de San Pedro de Cardeña, en Burgos. El Cid inicia una gran actividad guerrera, llena de victorias que le dan abundantes beneficios. Para recuperar el favor real, envía presentes al rey.
2. Cantar de las Bodas
Tras la conquista de Valencia, el Cid se la ofrece al rey, quien finalmente le perdona y acuerda una boda entre las hijas del Cid y los infantes de Carrión. Don Rodrigo no está muy convencido con este enlace, pero acepta, recupera su honra y es rehabilitado socialmente.
3. Cantar de la Afrenta de Corpes
Los infantes de Carrión son ridiculizados por los caballeros del Cid a causa de su cobardía ante la presencia de un león y otros acontecimientos similares. Como consecuencia de esto, los infantes se llenan de odio hacia su suegro y aprovechan para vengarse de él en el Robledal de Corpes. Allí azotan y golpean salvajemente a sus esposas y, creyéndolas muertas, las abandonan. El Cid, que ha sido nuevamente deshonrado, esta vez con la ofensa a sus hijas, exige justicia al rey, quien convoca cortes en Toledo. Allí, los infantes de Carrión son juzgados, condenados y derrotados en duelo por los hombres del Cid. Tras estos desgraciados acontecimientos, los matrimonios son declarados nulos y el rey casa de nuevo a Doña Elvira y Doña Sol, esta vez con los infantes de Navarra y Aragón, con lo que Rodrigo Díaz vuelve a recuperar su honra.
Realidad y Ficción en el Cantar
El héroe es un personaje histórico y muchos de los hechos que se narran en el poema ocurrieron realmente (destierro del protagonista, conquista de Valencia, etc.), por lo que una de las características más destacadas del poema es su fidelidad histórica. Este realismo histórico hace que la obra resulte verosímil. Sin embargo, los autores de los cantares de gesta no pretendían escribir una obra histórica, sino artística. Por ello, junto a elementos históricos, hay otros que no lo son (bodas con los infantes de Carrión, episodio de la cobardía ante la escapada del león, etc.), constituyendo elementos ficticios.
Normalmente, en los cantares se idealiza al héroe. El Cid se nos presenta como ejemplo de caballero con todas sus virtudes: valeroso, buen guerrero, fiel a su señor, etc. Pero, a la vez, también es profundamente humano: buen esposo, buen padre, religioso y generoso con sus súbditos.