El Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz: Poesía Mística y Profundidad Espiritual
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Introducción a una Obra Maestra
Este canto, en el siglo XVI, se conocería más bien como égloga pastoril. Se trata de un poema alegórico de sentido religioso, con rima morfológica y un lenguaje inefable. En esta lira se narra el encuentro amoroso entre la Amada y el Amado, tras una afanosa búsqueda de la Amada, en un escenario idílico, a modo de égloga pastoril. San Juan explicó que se trataba de una alegoría que poetizaba la unión mística del alma con Dios; sin embargo, más allá de su encendido sentido literal, las interpretaciones son múltiples.
Composición y Difusión
El Cántico se cantaba; sus estrofas, de rima independiente, se debieron componer en varios momentos distintos y tuvieron un proceso de difusión semejante al de la lírica tradicional.
La Exquisitez Artística del Poema
Un examen formal del poema revela que, bajo su aparente sencillez, existe un trabajo artístico exquisito:
- Predominio de los endecasílabos heroicos.
- Abundantes rimas morfológicas.
- Ausencia inicial de la adjetivación para que el canto se apresure —con verbos abundantes— hasta llegar a los remansos de las estrofas, donde desaparecen los verbos y se acumulan los sintagmas con adjetivos.
- Gran riqueza de lenguaje apelativo (imperativos, vocativos, etc.).
Particularmente llamativa es la utilización abierta de todo tipo de tradiciones poéticas: églogas pastoriles, el diálogo, el lenguaje de la poesía petrarquista, los modos exclamativos y las imágenes de las canciones tradicionales, así como recuerdos bíblicos y religiosos. Para escribir una obra de tal magnitud, San Juan de la Cruz requería una formación muy sólida.
Versiones Manuscritas y Retoques del Autor
Contamos con una primera versión de este Cántico, recogida en un manuscrito apógrafo, que es una copia del manuscrito original (y es muy probable que a veces incluya adiciones o incorporaciones del propio autor). Este Cántico, reconocido como CA, se encontró en Sanlúcar de Barrameda y recibió una serie de retoques estilísticos por parte de San Juan, quien añadió una estrofa más entre la décima y la undécima. Nos encontramos, pues, ante un poeta que trabajó incansablemente en sus poemas.
La Teoría Poética de San Juan de la Cruz
San Juan reflexionó profundamente sobre el proceso de escribir poesía, y esto se refleja en el prólogo del Cántico Espiritual, donde señaló varias características esenciales para la poesía:
- La Anchura: La palabra poética debe poseer la suficiente amplitud para sugerir la abundancia de espíritu, para expresar un sentimiento tan íntimo y desbordante como el que el alma experimenta al unirse con Dios.
- El Efecto de Amor: La palabra poética debe producir en la mente del lector lo que él denomina el "efecto de amor". La clave fundamental del poema de San Juan es el amor, la experiencia amorosa. Para San Juan, la poesía es palabra para sentir, y por ello no debe ser encorsetada, sino abierta a la interpretación.
La Inefabilidad y el Rol del Lector
El problema fundamental es que la experiencia que desea comunicar es inefable. Por ello, apela al sentimiento en lugar de al entendimiento y, al igual que Cervantes, San Juan sostiene que los lectores debemos intervenir y completar esa inefabilidad.
Interpretaciones y Contexto Religioso
El poema nos muestra la intensidad de un sentimiento amoroso que, en una primera lectura, puede parecer puramente humano. Para los neoplatónicos y los místicos, el amor era algo que perfeccionaba al ser humano y lo elevaba. Una lectura de este poema en sentido profano le haría perder gran parte de su esencia. Para contrarrestar las elegías (en el contexto de la Contrarreforma y el Concilio de Trento), se publicó en sentido religioso, "a lo divino". Este poema, indudablemente, posee un profundo sentido religioso, tal como explica San Juan. Los carmelitas fueron quienes más divinizaron la poesía en ese contexto de "contrafactum" divino.