Capacidad simbólica y creatividad: Ernst Cassirer y H. Poincaré

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CAPACIDAD SIMBÓLICA Y CREATIVIDAD

1. Ernst Cassirer y la capacidad simbólica humana

Elaboró una teoría, de raíz neokantiana, donde definía las grandes 'formas simbólicas' presentes en la cultura.

Para Cassirer, el arte es una forma simbólica que difiere de la formalización característica del lenguaje, el mito o la ciencia: el arte proporciona el orden de aprehensión de las apariencias.

La característica específica del arte es que es un lenguaje que trata sobre las formas de las cosas; en el arte no se conceptualiza la realidad, más bien se perceptualiza: no se producen impresiones, sino que se crean formas sensibles.

La esfera del arte es la esfera de las puras formas: no un mundo de meros sonidos, colores o cualidades táctiles, sino de siluetas, diseños, melodías y ritmos. El arte es un lenguaje que no utiliza símbolos verbales, sino intuitivos. El que no comprende esto queda excluido del mundo del arte; esto no significa que quede privado de experimentar cierto placer –el gozo estético-, sino que está imposibilitado para acceder a una de las dimensiones más profundas y enriquecedoras a las que se abre el ser humano.

Cassirer dice: en los dos casos existe un acento diferente. El lenguaje y la ciencia son abreviaturas de la realidad; el arte una insatisfacción de la realidad. El lenguaje y la ciencia dependen del mismo proceso de abstracción, mientras que el arte se puede describir como un proceso continuo de concreción.

Cuando el hombre fue capaz de descubrir que podría aproximarse a cualquier objeto, sonido, movimiento, color… con una actitud diferente, se produjo una revolución en el mundo humano; nacía una estructura nueva desde la cual situarse para mirar la experiencia, porque el ser humano no venera las obras de arte, sino que las contempla, y puede abrirse gracias a ellas la experiencia estética.

2. H. Poincaré sobre el proceso creativo

Gran parte de la importancia que al estudiar la creatividad se concede hoy a lo inconsciente, tiene claros orígenes en Poincaré.

Poincaré realizó un importante aporte a partir de la autoobservación de sus descubrimientos e invenciones y la posterior escritura de los mismos. Plantea las siguientes fases del proceso de invención:

  1. Fase de preparación: periodo de aprendizaje y adquisición de conocimientos del problema estudiado. Se pueden realizar pruebas por el método de ensayo/error.
  2. Fase de incubación: se trata de interrumpir la rutina, para que la mente esté trabajando en el problema en un segundo plano, mientras evita agotarse en el problema.
  3. Fase de iluminación o intuición: una idea irrumpe en la conciencia de forma repentina. No tiene por qué conducir al éxito. Se trata de encontrar un camino para resolver el problema.
  4. Fase de verificación: en esta fase, la idea se desarrolla de forma completa con total conciencia. Se trata de seguir de forma racional el punto de partida que ha planteado la intuición, evaluando la idea para ver si es fértil. Si es así, conduce a un resultado correcto; si no, hay que volver a empezar.

Según Poincaré, todo este proceso comporta combinaciones de pensamiento; aunque, cuando trabajamos en problemas, solo tenemos presentes un pequeño número de combinaciones que sean relevantes.

El inconsciente ensaya y desecha muchas combinaciones, por lo que solo percibimos las que apelan a nuestro sentido estético. Por consiguiente, la heurística (arte de la invención) o la invención técnica es similar a la creatividad artística.

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