Capítulo 8: Curado del Hormigón

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El curado del hormigón es un proceso fundamental que asegura la correcta hidratación del cemento y, por ende, el desarrollo óptimo de las propiedades del hormigón. Este proceso busca:

  • Asegurar la pronta reutilización de los moldes.
  • Que la pieza adquiera resistencia rápidamente.
  • Evitar contracciones por fragüe.
  • Eliminar la deshidratación precoz.

Métodos de Curado

Existen diversos métodos para curar el hormigón, cada uno con sus ventajas y desventajas:

  • Calentamiento de materiales (agua, cemento, agregados):
  • Aspersión: Se mantiene el elemento húmedo rociándolo con agua durante 3 días.
  • Emulsión: Se pulveriza el elemento con emulsión que al secar lo impermeabiliza, evitando la evaporación del agua de amasado.
  • Inmersión: Para piezas pequeñas, se sumergen en agua.
  • Vapor de alta presión en autoclave: Para elementos pequeños. Requiere mucho gasto de energía. Se deja el elemento en autoclave entre 24 y 48 horas.
  • Vapor libre continuo:
  • Vapor libre discontinuo: Ciclos alternados de calentamiento y enfriamiento.
  • Efecto Joule, método eléctrico:

Aspersión

Consiste en regar la superficie del hormigón luego de haber sido desencofrado o desmoldado, con abundante agua. Esto permite que la superficie se mantenga siempre húmeda y no se pierda el agua de amasado. Este periodo es habitualmente de 3 días. Es un método muy costoso.

Emulsión

Se trata de colocar una emulsión resinosa, la cual al perder la humedad impermeabiliza la masa de hormigón, evitando la evaporación del agua de amasado.

Inmersión

Se utiliza para piezas pequeñas, sumergidas en agua caliente, manteniendo una temperatura constante.

Tratamiento de Vapor de Presión en Autoclave

Con este método se llega a resistencias que se denominan "resistencia de conglomerado". Las resistencias finales son muy precisas, similares a las obtenidas a plazo de un año. Las temperaturas de trabajo oscilan entre 120 y 170 °C. Se utiliza habitualmente cuando se necesita reducir la contracción o aumentar la resistencia a los sulfatos.

Tratamiento con Vapor Libre Continuo

Consta de 4 fases:

  1. Precalentamiento: Consiste en someter a la pieza a un ambiente húmedo y de temperatura de 20 °C, para eliminar el gradiente térmico y las posibilidades de fisuración.
  2. Calentamiento: Se aumenta la temperatura, pudiendo ser a mayor velocidad en caso de haber realizado un correcto precalentamiento, pero nunca superando los 20 °C/h. La temperatura máxima a la que se puede llegar es a los 100 °C, pero se suele llegar a 75 a 85 °C.
  3. Mantenimiento: Se mantiene la temperatura hasta que la masa interior llegue a la misma temperatura que la exterior.
  4. Enfriamiento: Se enfría la pieza de forma lenta y continua con un gradiente de temperatura de 10 °C/h, para completar el tratamiento.

Tratamiento con Vapor Libre Discontinuo

En los periodos de calefacción y enfriamiento, o solamente en los de calefacción que se efectúan en un mismo ciclo de curado, se producen discontinuidades. Al final de cada fase de calentamiento o enfriamiento, la temperatura es más elevada que la anterior.

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