Carácter y Destino en Ferlosio: Una Perspectiva Filosófica
Clasificado en Filosofía y ética
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Ferlosio: Carácter y Destino
La Herencia Cultural Occidental
La herencia cultural occidental aborda una cuestión social, moral y pedagógica que los hombres querían cambiar, pero las instituciones fueron las mismas. Los espectáculos públicos, como los teatros de marionetas, tienen autosuficiencia de sentido y emancipación de un campo de sentido y de contexto. El campo de sentido orienta las significaciones, nos apresa en el lenguaje y produce un argumento. Este sentido anula la contingencia de los hechos, doctrina aristotélica: la ficción es más reveladora que la cronología de los hechos, esto busca la paz del alma antes que la realidad.
Para la niña, los títeres son pura manifestación como función independiente, autónoma y autosuficiente de la lengua, porque anula la relación causa-efecto.
Walter Benjamin y el Carácter
Walter Benjamin separa la conexión entre ambas nociones; si uno tiene carácter, su destino es esencialmente constante (en consecuencia, no tiene destino). Influencia estoica. Una historieta, como puede ser la historieta de un personaje de tebeo, rebaja la cualidad de historia, lo que comportaría un argumento, argumentillo ocasional que sirve de catalizador de la manifestación. Manifiesta el carácter a través del gesto.
Competitividad y Destino
La competitividad podría ser intrínseca al juego y al ser humano. En el deporte agónico con sentido y argumento (orden del destino), se da un aprovechamiento ventajista en el que el jugador se somete a llegar a su máximo potencial de rendimiento para ganar. Esto ocurre porque se alaba el esfuerzo y sacrificio aparente, responde al egocéntrico furor de la autoafirmación del sujeto (en los deportes de equipo, del grupo). Espíritu de sacrificio o afán de superación como algo a lo que aspira el sujeto. El tiempo del deporte agónico como modelo del tiempo del destino/tiempo de la historia.
La Idea de Destino
La idea de destino no admite ser desautorizada por sus contradicciones, proviene de concepciones míticas ajenas a nuestra racionalidad. No se mueve por hechos gratuitos o fortuitos, sino por tener una causa. La irracionalidad de racionalizar la contingencia imponiéndole un sentido y un argumento según lo requiere el orden del destino.